La contaminación textil se coloca como la segunda causa del deterioro ambiental, ¿cuánto cuesta en realidad la blusa que usas?
La producción textil en masa cobró gran revuelo en los últimos años. Con la llegada de la fast fashion, los residuos textiles, contaminación de suelo, aire, y océanos incrementó de forma exponencial.
Al año, millones de prendas, accesorios, y ornamentos se van a la basura; dado a que no se alcanzan a vender las grandes producciones, así como las interminables ‘nuevas temporadas’.
Marcas dedicadas a la producción masiva de ropa tales como Shein, H&M, Mango, C&A y demás, están en la mira por los estragos que dejan al medio ambiente. Pero, para empezar a entender la problemática, empecemos por aclarar:
¿A qué se refiere la moda?
El término ‘moda’ en este contexto se refiere a la evolución de tendencias, estilos y patrones conformados por cambios sociales, políticos y culturales. Así, la identidad cambiante de la humanidad se ve reforzada en las prendas. Como parte del cambio social, es recurrente que modas pasadas regresen años después, con sus respectivas alteraciones.
Bajo esta primicia, el concepto de moda se introdujo durante el Renacimiento, y se mantienen en frecuente evolución. Desde 1910 hasta el 2010 se podía percibir alteraciones en la moda cada diez años.
Hoy en día, tales temporadas suceden cada seis meses o menos. Esto implica una producción de textiles agresiva, tanto para el medio ambiente, como para los agentes de producción: los humanos. A esta nueva tendencia se le denomina fast fashion.
Hiper-consumo en la moda
La creciente demanda de ‘lo nuevo’, el consumismo y la insatisfacción de las personas, agravió la producción en masa de la industria textil. Uno de los puntos que propician el mantenimiento de la fast fashion son los precios bajos que acompañan a las mini colecciones que ofertan las marcas.
“Un sistema de moda rápida combina capacidades de producción rápidas con capacidades mejoradas de diseño de productos, tanto para diseñar productos “estrella” que capturan las últimas tendencias de consumo y explotar los tiempos de producción mínimos para hacer coincidir el suministro con la demanda incierta”. J.P Cachon, autor del libro The Value of fast fashion.
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Países como China, Indonesia, Myanmar, India y África trabajan con esta tendencia. Donde no solo se ve la contaminación de la naturaleza, sino que la mano de obra se paga por debajo del salario mínimo mundial, lo que se refiere a la explotación laboral y explotación infantil.
Las hostilidades laborales en las que viven quienes producen los textiles, no se toman en cuenta por parte de los dueños de las marcas, quienes reciben ganancias multimillonarias por la producción masiva.
Agravios por etapas de la fast fashion
En la producción se encuentra el primer problema, ya que mientras más se crea, más se oferta. Tal elaboración en grandes cantidades llega a establecimientos internacionales y locales, en los que cada semana se introducen nuevas prendas, y las que no se venden, terminan en otras ciudades, locales o, en el peor de los casos, en la basura.
Impacto de teñido en los procesos textiles #Contaminación #teñido #fashionfacts #textil #EFSfacts pic.twitter.com/LyZLGPLjub
— EthicalFashionSpace (@EthicalFashionS) June 13, 2018
A su vez, la oferta de nuevos productos incrementa el deseo e insatisfacción de los clientes por adquirir accesorios ‘de lujo’. Para reafirmar este sistema, se introdujo el grupo Inditex, al que pertenecen marcas como Zara, Oysho, Bershka, Pull & Bear, y Stradivarius, siguen una línea de ‘right to wear’, con la que pretenden impulsar una imagen de responsabilidad social; sin embargo, las políticas e implementación resultan contradictorias.
Producción lineal: el verdadero enemigo
Si bien, hasta aquí hemos expuesto un pilar del ciclo del fenómeno de la fast fashion: el consumismo. Sin embargo, está presente un factor que es el inicio de todo el problema, el tipo de sistema que rige el comercio de la moda.
De acuerdo con reportes de la ONU, la industria textil genera el 20% de aguas residuales globales, y el 10% de emisiones CO2.
“La belleza visible de la moda disfraza el impacto invisible que la industria tiene en el aire que respiramos. A partir del abastecimiento, hoy tenemos herramientas que pueden ayudarnos a rediseñar nuestros procesos para minimizar nuestra huella”. Coty Jeronimus, del laboratorio creativo Tasklab.
Tan solo en Estados Unidos, cada año se registran 15 millones de toneladas de ropa que terminan en los vertederos o en el fondo del mar en forma de microplásticos, aunado a las tintas de la ropa. Para hacer una comparación, la elaboración de un pantalón requiere un mínimo de 3781 litros de agua.
Blangladesh es el claro ejemplo del impacto de la contaminación de la industria textil pic.twitter.com/Hnt2okPt4w
— Marcela White ⭐👽 (@marcelaWhite) May 16, 2020
Un sistema de producción obsoleto
El marketing, el consumismo, y la creciente demanda contribuyen a seguir en el ciclo de la moda rápida y, por ende, a la contaminación textil. Sin embargo, el modelo de producción lineal se implementa en todos los sistemas globales desde la revolución industrial.
En un principio, parecía resolver todos los problemas de la época, y facilitar el estilo de vida junto las tareas cotidianas; sin embargo, en los inicios, no se preveía el impacto medioambiental que genera.
Las materias primas y recursos usados en este sistema, supone un ciclo de producción en el que intervienen varios procesos para refinar los materiales antes que sean un producto comercial, en este caso: ropa.
Con esto, el ciclo de vida de un producto es mucho menor al de su fabricación. Lo que se traduce a una enorme contaminación desde su producción hasta el deshecho. En este sentido, la fabricación de fibras usadas en la confección de prendas, es más tardado y requiere más energía que el uso final de la ropa.
Marcas de lujo como Louis Vuitton, Gucci, Dior y Prada desechan los artículos no vendidos, por el tipo de política e ideología de conservar el prestigio y exclusividad; sin tener en cuenta el impacto ambiental; que a su vez, implementan este tipo de sistema de producción.
Ante esto, se ha analizado un nuevo sistema para mitigar el impacto ambiental, generar mejores condiciones de empleo, y aprovechar otros recursos que antes no se tenían en cuenta.
@c2ccertified presents CIRCULAR SHIFT NEW YORK
SIGN UP NOW for three keynote conversations with circular economy leaders and global brands on pathways to making a healthy, equitable, sustainable tomorrow a reality today.#madefortomorrow #circularshift21 #c2c #economiacircular pic.twitter.com/hBxFoqqmoK
— Circular Fashion (@CirculrFashion) June 3, 2021
Economía naranja: una mirada al futuro sostenible
La economía naranja se implementó como una solución al hiper consumismo; está basado en los principios de la comunidad, en el que se pretende intercambiar bienes y servicios, en lugar de consumir.
Cabe señalar que no es lo mismo que el reciclaje; ya que en la economía naranja intervienen el poder adquisitivo, factores tecnológicos y de producción, y factores sociales. Esto incrementa la popularidad del modelo económico entre las nuevas generaciones, y ayudan a erradicar o combatir la producción en masa.
Existen varios factores que intervienen en la contaminación textil, todos ellos arraigados a una ideología y sistema de hace años, que ahora van quedando obsoletos. ¿La ropa que usas vale el impacto negativo en el medio ambiente?
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