SALUD.- Antuane Arteaga, residente de Florida, es sobreviviente del cáncer de mama. Arteaga, de 42 años, relata la cruda realidad de un cáncer indetectable, desde la detección, hasta los cambios familiares, sociales y emocionales que atravesó.
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Seis años con un mal indetectable
El cáncer no difiere ni edad, ni género, nada. Incluso hay casos particulares, como el de Arteaga, en los que resulta bastante difícil detectar la enfermedad. Luego de seis años con un síntoma, y pese a que los diagnósticos dieron negativo, la mujer describió que se trataba en realidad de cáncer. En 2012, relata Antuane, se dio cuenta que tenía un bulto en la mama.
La biopsia resultó negativa, y el médico que atendió el caso, recomendó ver cómo evolucionaba el bulto. Sin embargo, luego de cinco años, notó que el síntoma empeoraba. En 2018 decidió operarse, y ahí es cuando descubrió que en realidad se trataba de cáncer. El doctor Ricardo Crisostomos atendió el caso desde entonces.
El médico inició con el proceso, en el que se realizaron BRCA test, Sonograma, MRI, CT Scan y Biopsia del ganglio centinel. De acuerdo con Arteaga, el tratamiento duró 12 meses, con 16 quimioterapias. Al terminar con este proceso, se sometió a una operación para remover el residuo del cáncer que quedó desde la primera operación.
‘Mi trabajo fue mi escape’
Un mito común que acompaña siempre al cáncer es que es una enfermedad hereditaria. Lo cierto es que solo el 10% de los casos presentan esta causa. En el caso de Arteaga no fue la excepción, ya que, según relata, solo su bisabuela falleció debido a cáncer en el útero.
“Yo fui la primera, y espero ser la última en mi familia en ser diagnosticada con cáncer de mama”.
Confesó Arteaga.
Arteaga enfrentó un proceso emocional, acompañado de resistencias, miedos, y pánico. En estos casos, la familia es un fuerte apoyo, para Arteaga, su hija y madre, Rosa Vasconcellos, fueron el soporte que necesitaba para seguir con el tratamiento. Al terminar las quimioterapias, la mujer atravesó por un Onco Reduction en ambos senos.
“Levantarme todas las mañanas para ir a trabajar era, y sigue siendo una terapia para mí”.
Comenta Arteaga.
Aunado a esto, se le aplicaron 25 radiaciones. Desde entonces, toma diario una pastilla de Tamoxifen, para evitar recurrencias. Este tratamiento tiene una duración de diez años.
El cáncer no solo afecta a los pacientes, sino que se propaga
Un punto bastante importante que mencionó Arteaga, es sobre cómo reaccionan los familiares ante la enfermedad. ‘Todos se pusieron manos a la obra, ya sea con oraciones, información sobre la enfermedad […] y los cuidados de mi familia’. Mucha gente decide no conocer sobre la enfermedad, hasta que forma parte de su realidad.
Es un hecho, todas las personas que conviven con los pacientes, también viven la enfermedad. De forma directa o indirecta, también son parte del ciclo del cáncer. Arteaga es manager de Regions Bank, una oficina bancaria, en Southchase Branch en Orlando, FL. En todo momento, relata Arteaga, el trabajo resultó como un escape y una salvación para vencer a la enfermedad.
La violencia laboral en torno al cáncer
Es importante señalar que la enfermedad es muy agresiva, en todo momento, en todo sentido. Muchas personas tienen que lidiar con el cáncer, a la vez que enfrentan el duelo por la pérdida de trabajo. Arteaga relata que este no es el caso. El equipo de trabajo resultó solidario y empático respecto al difícil proceso.
“Regions Bank me apoyó en todos los aspectos de mi tratamiento, mis superiores y colegas me apoyaron en todo momento. Mi equipo de trabajo se portó a la altura, y mis clientes siempre estuvieron pendientes de mí”.
Expresó Arteaga.
¿Hacer las paces con la enfermedad?
“Yo llevo un diario desde el día de mi diagnóstico y aprendí a escuchar y a hacerle caso a mi cuerpo”.
Declaró Arteaga.
El caso particular de Arteaga que, pese a revisiones constantes, ninguno arrojó indicios de cáncer, resulta como un recordatorio que es mejor pedir una segunda opinión. Después de pasar por el proceso, y vencer la enfermedad; Arteaga se somete a chequeos cada seis meses.
Hablar de cáncer es un tema complicado, no solo por la enfermedad, sino por el privilegio de acceder a un tratamiento digno y especializado. En Estados Unidos se toman muy en serio la enfermedad. Arteaga agradeció a los empleados en los hospitales, ya que, menciona que ellos hacen la diferencia.
Arteaga vivió el proceso de superación de cáncer en el Advent Health Celebration and Kissimmee Hospital y Orlando Health Dr. Phillips Hospital. En el lugar recibió terapias psicológicas; sin embargo, menciona que la terapia más efectiva la vivió dentro del trabajo, con el personal y testimonios de sus clientes.
“Durante mi proceso me agarré de la mano de muchas mujeres guerreras que habían superado el cáncer de mama. También de una buena amiga de la universidad, [quien] me invitó a formar parte de un grupo de mujeres que han pasado o están pasando por un proceso de cáncer “Link of Hope Sistas” ahí encontré mucha información y apoyo emocional”.
Declaró Arteaga.
Una nueva oportunidad de vivir
Atravesar la enfermedad del cáncer de mama nunca es fácil. Arteaga detalla la importancia de vivir y sentir cada día como un momento único. La floridana relata que, luego de vencer al cáncer, y tocar la campana en señal de victoria, implementó otro estilo de vida, para entender y disfrutar mejor de las ‘bendiciones’ que recibe desde entonces.
“A todos ellos [familia, amigos, doctores, clientes] les doy un diez; porque gracias a su apoyo, dedicación y cuidados, me encuentro en remisión y con ganas de llevarme el mundo por delante”.
Concluye Arteaga.
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