En 2014 Mariana Novoa Florez y su familia huyeron de Colombia para establecerse en Orlando y comenzar desde cero sin conocer a nadie. Ahora esta jovencita se destaca en la medicina.
“Huímos del país porque somos empresarios de almacenes dentales y ortodoncia. Tuvimos que salir por la persecusión del crimen organizado. Llegamos a este país sin documentos, sin conocer a nadie, sin vivienda, sin trabajo, pero estábamos con vida y eso ya es mucho que decir”, expresó Alba Luz Florez Peña la madre de familia quien junto a sus hijos Mariana, Kevin Alexander, Laura Novoa Florez y su esposo Martín Alexander Novoa Peña se instalaron en la ciudad de Kissimmee.
Mariana de 23 años, aún con las adversidades y como refugiada en este país, se ha destacado como estudiante de medicina en la Universidad de Florida Central (UCF, siglas en inglés) actualmente sigue su camino para lograr su sueño de convertirse en doctora en neurocirugía. “Quiero ser un modelo a seguir para la sociedad y quiero ayudar a otros a alcanzar sus metas”, aseguró.
Ella es voluntaria en el Centro Médico Regional de Osceola, donde pudo obtener su certificación de RCP y de técnico en flebotomía certificado (CPT). Cuando estaba en secundaria empezó ayudando en el hospital. Al poco tiempo fue enviada al piso de neurocirugía.
“Soy la mayor de mi casa, por eso quiero que mis hermanos vean que las cosas se pueden lograr y que hay programas que nos ayudan a entrar a la universidad”, comentó la estudiante.
La mitad de su carrera la estudió en Valencia College y ahora estudia una asignatura en ciencias ambientales y otra en Ciencias de la Salud en UCF. Se graduó de secundaria en 2020 justo en medio de la pandemia.
Dice que la medicina le encantó porque es empática con las personas y el coronavirus no la asustó, sino que lo tomó como una oportunidad para ayudar y hacer lo que más le gusta que es la medicina.
“Somos católicos y oramos todos los días. Nuestro pasos los encomendamos a Dios y les damos buenos principios a nuestros hijos. Queremos que sean niños felices”, comentó Alba Luz quien trabaja en decoración de casas con realtors y su esposo es técnico de aires acondicionados y handy man de casas vacacionales.
“Nunca debes perder la esperanza, buscar los recursos, meterse en los deportes, clubs, bibliotecas, pedir ayuda, hacer mucho voluntariado y hacer lo que más le gusta a uno”, finalizó la joven promesa de la medicina.
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