Ron DeSantis lo hace otra vez. Tal como lo prometió, el gobernador de Florida ha utilizado los servicios de compañías privadas aéreas para no dejar llegar al Estado del Sol a inmigrantes que buscan asilo político y los ha desviado de su destino original hacia Sacramento, California.
El lunes el estado de Florida recogió a inmigrantes que solicitan asilo en la frontera de Texas y los llevó en un avión privado a la capital de California. El año pasado llevaron a 49 migrantes venezolanos al enclave exclusivo de Martha’s Vineyard en Massachusetts, transportándolos en aviones privados desde un refugio en San Antonio.
“El gobernador DeSantis continúa abusando de los solicitantes de asilo, algunas de las personas más vulnerables de nuestro país. Estamos convencidos de que las acciones de DeSantis cumplen con los criterios legales para la trata de personas, definida como el transporte ilegal de seres humanos a través de la fuerza, el fraude o la coerción. Hacemos un llamado al gobierno de los EE. UU., para que ponga fin a las acciones crueles e ilegales de DeSantis perpetradas con fines políticos”, declaró Felipe Souza-Lazaballet, director ejecutivo del Hope CommUnity Center con sede Apopka, Florida, que aboga por los inmigrantes en el Estado del Sol.
Souza-Lazaballet recordó que el gobernador dedicó la última sesión legislativa de Florida a atacar a los inmigrantes, que representan más del 20 por ciento de la población del estado. “La Florida tiene problemas reales como una crisis de seguros y falta de vivienda asequible, pero DeSantis no está dispuesto a abordarlos. En cambio, ha declarado la guerra a los inmigrantes. Pero nuestra comunidad está unida, activada y en pie de lucha. Esta es nuestra casa y pertenecemos aquí”, agregó el activista.
Mientras el fiscal general de California, Rob Bonta, investigaba el transporte de los migrantes, los funcionarios locales y los grupos religiosos buscaban proporcionar vivienda, alimentos y otros recursos a las más de tres docenas de recién llegados. La mayoría son de Colombia y Venezuela. Los dos grupos enviados a Sacramento nunca pasaron por Florida.
DeSantis, ha hecho del programa de reubicación de migrantes una de sus principales prioridades políticas, utilizando el proceso legislativo estatal para destinar millones de dólares y trabajando con múltiples contratistas para realizar los vuelos.
Mientras el 1 de junio varias tiendas hispanas cerraron sus puertas e inmigrantes no fueron a trabajar, pero realizaron manifestaciones en varias ciudades de Florida. En Orlando los manifestantes se apostaron frente a las oficinas de la representante estatal Carolina Amesty a quien reprocharon el haber votado a favor de la ley SB 1718 que dicen es la más brutal que se ha aprobado contra los indocumentados.
“Decidimos no trabajar y apoyar a los amigos. Estamos luchando para que quiten esa ley que nos persigue. Si estamos aquí es por necesidad no porque dicen que somos delincuentes”, dijo Baudilio Vázquez, inmigrante de Guatemala quien trabaja en un vivero en Ocoee.
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