El inicio del programa “El Sistema Orlando” fue modesto, con ensayos en casas de algunos padres, garajes, patios, pasillos o cualquier lugar que les permitiera practicar. Así pasaron mucho tiempo, bajo la guía de la maestra y concertista Ivette Ferreira formada por El Sistema, programa musical fundado en Venezuela en 1975 por el músico José Antonio Abreu.
Inspirada por la misma formación que en su momento recibió, Ferreira fundó en la ciudad de Orlando el programa musical conocido como “El Sistema Orlando”, que está revolucionando la vida de numerosos niños y jóvenes hispanos. Este programa, inspirado en el sistema de orquestas juveniles e infantiles de Venezuela, liderado por el maestro Abreu desde los años 70, busca brindar oportunidades musicales a los hijos de inmigrantes de países como Venezuela, Colombia, México, Nicaragua, Honduras y Guatemala, de manera gratuita.
Al verlos, el padre José Rodríguez, de la iglesia Episcopal Jesús de Nazaret, localizada en el este de Orlando, se comprometió a ayudarlos buscándoles un sitio adecuado para ensayar y organizando la iniciativa para llevar este programa a más niños.
“Este es nuestro tercer año del programa Community Scholars. Hoy hemos demostrado que nuestros niños tienen la capacidad y la aptitud para lograr grandes cosas. Este año, en colaboración con Renacer, añadimos el campamento de música, lo cual muestra la riqueza de nuestra cultura y el compromiso de los padres que traen a sus hijos. Lo nuevo este año es la unión entre las comunidades hispana, afroamericana, brasileña y haitiana”, dijo el padre Rodríguez.
“Este verano, gracias al campamento he adquirido más habilidades, espero que me ayude en un futuro. Por ejemplo, el Grupo de Sustentabilidad dirigido por el profesor William, me ha ayudado a implementar soluciones para el planeta Tierra. Hemos aprendido cómo usar energías renovables y hacer un buen uso del reciclaje de basuras. Este programa no solo nos enseña este tipo de cosas, sino que también nos hace sentir bienvenidos, sin importar de dónde venimos o cómo somos. Siempre somos bien acogidos y, sobre todo, nos tratan con respeto”, comentó Santiago Saban, estudiante del campamento de verano.
Como parte de las actividades, se realizó un pequeño concierto con varios grupos de niños que tocaron música clásica frente a la audiencia. Ferreira, graduada de maestría en la Simón Bolívar de Venezuela y violinista del conservatorio José Luis Paz, ha dedicado su vida a la música desde una temprana edad. Comenzó su carrera como tutora de música a los 15 años.
“He sido directora de la Academia Latinoamericana de Violín desde el 2000 hasta 2014, trabajando de la mano con mi maestro Rhio Sanchez”, compartió Ferreira. Su notable trayectoria incluye ser concertina de la Sinfónica de Maracaibo y de la Sinfónica del Zulia, ambas orquestas destacadas en su región natal.
Además de su labor en Venezuela, Ferreira ha llevado su talento y pasión por la música a escenarios internacionales. “Fui profesora de la Orquesta Nacional Infantil de Venezuela durante una gira en Italia,” recordó. Esta experiencia enriquecedora la ha impulsado a seguir abriendo puertas en el ámbito musical, tanto para ella como para las nuevas generaciones.
El Sistema ha inspirado programas similares en más de 60 países. Para 2015, según cifras oficiales, este programa contaba con más de 400 centros musicales y 700,000 jóvenes músicos. El programa incluye cuatro horas semanales de entrenamiento musical y ensayos después de la escuela, además de trabajo adicional los fines de semana.
“Empezaron a ensayar solo los miércoles”, recordó Hoower Cajicá, presidente de Renacer Foundation una de las organizaciones colaboradoras en llevar a cabo campamentos de verano, incluido el de música para jóvenes. “Contactamos a la Orquesta Filarmónica de Orlando, y desde el primer momento se interesó. Marcos Vilar de Alianza for Progress, quien trabaja mucho con la comunidad hispana, apoyó el programa desde el inicio. Nos unimos, porque en Renacer Foundation nos dedicamos a conectar organizaciones y personas, especialmente en temas de salud mental, salud preventiva y salud de la mujer. Trabajamos en conjunto con otras organizaciones para optimizar recursos y llegar a más personas”, explicó.
Ferreira continúa su misión de expandir el legado musical. “Queremos que nuestra voz sea escuchada a través de los instrumentos. Que digan ‘aquí estamos y queremos seguir soñando'”, expresó con entusiasmo. En marzo, justo en el Mes de la Mujer, El Sistema Orlando debutó con su primer concierto en los “First Fridays” que organiza Alianza Center. En mayo, tuvo la oportunidad de abrir un concierto con la Orquesta Sinfónica Orlando y sueña con compartir escenario con grandes artistas de renombre internacional, tal como lo hizo Bad Bunny en su concierto de Orlando donde abrió una orquesta formada por jóvenes.
El Sistema Orlando es una organización sin fines de lucro, que cuenta con 40 niños, la más pequeña de solo cuatro años, una niña que toca el violín. En la iglesia Jesús de Nazaret se colaboró con el campamento de verano, donde el grupo de niños músicos ensaya sus clases. Mientras otros jóvenes de High School están tomando clases donde aprenden habilidades de la vida diaria como la elaboración de presupuestos, el pago de impuestos y descubren posibles carreras y estudios futuros.
El impacto del programa es profundo y significativo. No solo educa a los niños en habilidades artísticas, sino que también les proporciona un sentido de comunidad y pertenencia. En palabras de uno de los líderes del programa: “No es común ver a un niño de 13 años especializado en violín o violonchelo. Estamos aquí para hacer realidad esos sueños artísticos”.
“De momento, como han venido tantos venezolanos y colombianos, ya no somos solamente una comunidad de personas de diferentes países. Nos estamos uniendo para ser personas del mundo. Aquí, juntándonos todos en estas ciudades, estamos creciendo juntos y apoyándonos en ese crecimiento natural que todo ser humano debe tener. Cuando uno llega a esta ciudad, está buscando una mejor vida, y ¿qué mejor ejemplo de una mejor vida que esa música que hemos escuchado hoy?”, expresó Marcos Vilar, presidente de Alianza for Progress.
La importancia de la música y las artes es evidente, especialmente para las familias inmigrantes que buscan mantener viva la pasión artística de sus hijos.
“Las personas que tocan música desarrollan mucho más sus habilidades para la vida en general, tanto en su carrera como a nivel personal. En todo caso, aprovechen todas las oportunidades para que sus niños sigan cultivando y desarrollando la música en sus vidas. De verdad, no se van a arrepentir y será muy gratificante tanto para ustedes como para sus hijos. Quizás los niños hoy lo vean como una diversión, algo diferente, pero en el futuro lo apreciarán y lo valorarán”, comentó Francisco Barbasen, quien tiene un hijo en el campamento de verano.
Para cerrar, Ferreira expresó: “Necesitamos que los padres sepan que estamos funcionando para que ese mensaje llegue a más chicos y a más familias que se puedan beneficiar. Desde el punto de vista tangible, necesitamos instrumentos, especialmente los más costosos como los de cuerda, los chelos y los contrabajos. Tenemos una lista de espera de niños que necesitan esos instrumentos que son más difíciles de conseguir. La orquesta brinda a los nuevos integrantes violines, violas, algunas flautas y clarinetes sin costo alguno, pero estamos comenzando a recaudar fondos y tocar muchas puertas para obtener apoyo en la adquisición de instrumentos, atriles de mejor calidad y también en el tema de los uniformes”. Si desea donar a la organización, puede contactarla a través de @elsistemaorlando.