Muchos abuelos hispanos se están dedicando a llenar el vacío de amor y cuidado que muchos niños vulnerables padecen por dificultades en sus familias o porque tienen necesidades especiales. El programa “Foster Grandparents Florida Central” (abuelos adoptivos) canaliza el amor, dedicación y sabiduría de estos abuelitos para dirigirlos a niños en condiciones precarias que muchas veces no cuentan con un abuelo cercano en su familia.
Los abuelitos proveen atención individual a niños con necesidades especiales identificados por un profesional que recomienda dicha interacción. Necesidades especiales incluyen abuso físico, social, emocional o déficit académico. “Foster Grandparent” se inició en 1977 y actualmente está bajo el paraguas de Volunteers for Community Impact, Inc., una organización sin fines de lucro en Florida Central y financiado por la Corporation for National & Community Service, el condado de Orange y contribuciones de la comunidad.
Durante las últimos dos semanas el programa llevó a cabo la primera reunión en persona después de un año de operar de forma remota. “He ayudado a Jacob, Wanda, Isabella y Carmen todos niños de cinco años a los que he ayudado a escribir, a coger el tenedor para comer, a enseñarles que cuando la maestra está hablando, ellos deben estar atentos a lo que ella dice; que cuando comen no se habla mucho”, explicó Emilio González retirado puertorriqueño de 75 años que vive en Orlando. “Tengo cinco años en este programa y me encanta. Estoy loco por regresar a enseñar a los niños”.
González junto con más de 50 abuelos fueron adiestrados para que cuando empiecen el programa, que se estima que será en agosto, se asignarán a una escuela pública, Head Start (programa para niños de bajos recursos que promueve el desarrollos social y cognitivo de los niños) o un programa extracurricular para marcar una diferencia significativa en la vida de los niños de su comunidad. Su trabajo es especialmente significativo en el clima actual donde el aislamiento, la depresión, la violencia familiar y otros factores negativos impactan cada vez más la salud mental y conductual de la juventud.
María Cortez trabajó hace varios años en el programa criando bebés de madres adictas. Ella cuidaba a niños que nacían con muchos problemas debido a la adicción de sus mamás y estuvo cinco años ayudando a los bebés.
“Es una satisfacción muy grande poder ayudar a los niños que son maltratados, que los padres no les dan ni desayuno… vienen sin zapatos, sin ropa, no cuentan con el cuidado necesario y es muy bueno darles el cariño que no reciben en otro lugar. Jugamos con ellos, les cantamos. El latino es muy cariñoso y entonces yo le canto a los niños en español e inglés y ellos aprenden a cantar también. Yo recomiendo a otros abuelos que se metan a este programa porque cuando uno se retira no hace nada, está perdido, uno tiene que buscar algo que hacer y esto es perfecto”, dijo Cortez de 74 años y quien está retirada.
Pesé a que el programa ha enfrentado muchos desafíos durante la emergencia de salud pública por el COVID-19, ha tratado de continuar brindando apoyo a los niños más vulnerables de Florida Central de manera remota y tampoco suspendió las clases de entrenamiento para los abuelitos y les enseñó a usar la computadora, el internet y cómo tratar a los niños de manera remota.
Pero debido a que las vacunas están mostrando un efecto positivo y los contagios están bajando, además que todos los participantes en el programa ya están vacunados, se decidió hacer el entrenamiento en persona donde se proporcionó la capacitación necesaria para que abuelos adoptivos regresen al campo y una vez más cuiden personalmente a los niños de nuestra región. Durante dos días en diferentes semanas, en los condados de Osceola y en la Casa de Puerto Rico se proveyeron los entrenamientos.
“Yo he tenido niños de Suramérica y algunos de ellos no tienen abuelos. Siempre me acuerdo de una niña que se puso a llorar porque quería que yo me fuera a vivir a su casa porque yo era su abuela y eso me conmovió. Hace poco tenía un nene de Honduras que peleó con su primita porque dijo que yo era su abuela y la primita dijo ‘es mi abuela’. A nosotros nos asignan niños que son un poco lentos en aprender. A mí me encanta este programa y eso que tengo 84 años y sigo, porque esto me mantiene ocupada y con ganas de arreglarme, de maquillarme, de salir y no estar encerrada en cuatro paredes”, dijo Rosa Méndez, quien asiste al Centro Comunitario Engelwood, donde es la única abuela que ayuda a los niños. “Yo tengo seis nietos biológicos, pero es una satisfacción porque estoy ayudando a otros que no tienen abuelos y son muy vulnerables”.
Beatriz Puebla, gerente del programa Foster Grandparents es una de las coordinadoras en el condado de Orange. Ella y otros dos coordinadores ponen a los abuelitos en escuelas donde hay niños que necesitan más ayuda. El programa cubre Osceola, Orange, Volusia, Flager y Seminole. “Necesitamos más abuelos porque las escuelas estuvieron cerradas por un año y los niños necesitan más ayuda. Las escuelas nos están pidiendo más abuelos y nosotros perdimos muchos abuelos porque unos se asustaron y no querían salir y perdimos como 10 por el COVID y por eso un requisito que pedimos es que los abuelos estén vacunados”, dijo la coordinadora.
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Elsa Taveras, está en un programa Head Start para niños pequeños. Ella ayuda a las maestras con algunos niños que tienen problemas para leer. Se enfoca en ayudarlos a conocer las letras y escribir palabras. “Los niños me encantan, estoy muy contenta ayudando a los niños y así nos sentimos útiles haciendo algo”, señalo la dominicana de 62 años.
“Si deseas ser parte de nuestro programa puedes escribirme y con mucho gusto le ayudo. Este programa es de bendición para todas las personas de 55 años en adelante que deseen ser voluntarias porque reciben un pago regalía que no les afecta el seguro social, los cupones de alimentos, ni la vivienda, solo que ofrezcan de 15 a 35 horas en la escuela elemental de niños que le quede más cerca de su casa y nosotros les pagamos las millas y su tiempo”, explicó Nilda Alejandro, coordinadora de voluntarios de Foster Grandparents.
Para obtener información adicional, comuníquese con al 407-298-4180 ext. 102; o 904-994-6711 o al email: nalejandro@vcifl.org.
Los abuelos sirven en áreas como:
Preparación para la escuela. Ayudar a niños de 3 a 4 años a entrar a preescolar y enseñarles a leer.
Programas para después de la escuela. Ser mentor para niños en programas para después de horas de clases.
Fuera del horario escolar. Apoyar a niños en instalaciones médicas y refugios.
Educación elemental. Proveer orientación diaria en clases de escuela elemental.