Con un éxito rotundo y el KIA Center lleno por sus seguidores, el recinto se transformó en un mosaico de emociones y sonidos mexicanos cuando Ana Gabriel, la legendaria intérprete originaria de Guamúchil, Sinaloa, subió al escenario para ofrecer un concierto cargado de pasión, nostalgia y orgullo latino.
Vestida con jeans, botas, camisa beige y un chaleco blanco, la “Luna de América” —como la llaman sus seguidores— cantó durante casi tres horas, acompañada por mariachi, trío, orquesta y banda sinaloense, en un recorrido musical que fue desde la balada pop hasta la ranchera más tradicional.
“¡Vaya que me sorprendieron! ¿Qué puedo decirles? Muchas gracias”, exclamó visiblemente emocionada después de que el público de Orlando interpretara a coro, sin fallar una sola sílaba, su clásico “Es demasiado tarde”.
Ana Gabriel ofreció un espectáculo lleno de contrastes: del despecho al amor, y del amor a la alegría, pasando por esos momentos de reflexión que la caracterizan. Entre los temas que levantaron al público estuvieron “Quién como tú”, “Simplemente amigos” y “Evidencias”, junto a interpretaciones más festivas como “El sinaloense” y “México lindo y querido”, mientras ondeaba la bandera mexicana en la pantalla gigante del escenario.
La artista, conocida por su inconfundible voz rasgada y su entrega sobre el escenario, también se tomó un momento para hablar con el corazón y denunciar la violencia que golpea a su país.
“El dolor que pasa en nuestros países, lo más cruel, lo más ruin, acaba de suceder con el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. Quiero ofrecer mi más profundo pésame a sus habitantes y a su esposa. México tiene que despertar”, expresó con la voz entrecortada, mientras el público respondía con aplausos solidarios.
Ana Gabriel, de 69 años, reafirmó su compromiso con su público latino, asegurando que su carrera sigue viva gracias al cariño de sus seguidores.
“Yo soy una artista hecha por el pueblo. Llevo muchos años caminando, avanzando, y nunca me detengo”, dijo.

Dijo que se tomará un año sabático y descansará durante el 2026. “Si mi cuerpo resiste y mi voz sigue fuerte, regresaré en el 2027 con una nueva producción”, expresó mientras se refrescaba la garganta con agua y Gatorade.
La intérprete cerró la velada con un medley de sus éxitos más emblemáticos, mientras miles de voces coreaban al unísono. Fue una noche para recordar, una celebración de identidad, música y resistencia, en la que Orlando se rindió ante una de las voces más poderosas y queridas de la música mexicana.

