Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, conocido por su frontal discurso contra el crimen organizado y su llamado a enfrentar a los cárteles “con mano dura”, fue asesinado la noche del sábado mientras presidía un evento público por el Día de Muertos en la plaza principal del municipio.
Manzo, de 40 años, se había convertido en una figura polémica y al mismo tiempo admirada por sectores de la población harta de la violencia que golpea a esta región aguacatera del occidente de México. Su estilo directo, su sombrero blanco característico y sus declaraciones desafiantes lo hicieron un símbolo para quienes pedían un combate frontal a los criminales.
“El problema es que se sienten intocables; hay que golpearlos o eliminarlos”, había dicho en repetidas ocasiones, criticando la estrategia de seguridad del gobierno federal. Pese a reconocer los riesgos que corría, insistía en que el miedo no podía paralizar a las autoridades.
“No quiero ser otro alcalde asesinado”, advirtió el mes pasado. “Pero es importante no dejar que el temor nos controle”.
Ataque mortal en un evento público
El ataque ocurrió en medio de la celebración del Día de Muertos, cuando varios sujetos armados abrieron fuego contra el templete donde se encontraba el alcalde. Videos difundidos en redes sociales muestran el momento en que comienza la balacera y la multitud corre despavorida. Uno de los presuntos agresores fue abatido y otros dos resultaron detenidos, según autoridades locales.
Reacciones en México y Estados Unidos
La noticia provocó indignación nacional y reacciones inmediatas desde Washington.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum —quien había tenido diferencias públicas con Manzo sobre temas de seguridad— lamentó el crimen, calificándolo como “una pérdida irreparable”.
Desde Estados Unidos, el subsecretario de Estado adjunto Christopher Landau publicó una fotografía del alcalde sonriendo junto a su hijo minutos antes del ataque. “Estados Unidos está listo para reforzar la cooperación en seguridad para erradicar al crimen organizado”, escribió.
Violencia política en México
El asesinato de Manzo se suma a una preocupante lista de autoridades locales atacadas en el país. En años recientes, decenas de alcaldes han sido asesinados por grupos criminales, particularmente en regiones donde disputan control territorial, producción agrícola y rutas de tráfico de drogas.
Michoacán, epicentro de la producción de aguacate y una de las zonas más disputadas por los cárteles, ha sido escenario de violencia constante pese a reforzamientos militares y policiacos.
El homicidio de Manzo vuelve a poner en el centro del debate la urgencia de una estrategia de seguridad eficaz y la protección de autoridades municipales, muchas de ellas sin cuerpo de seguridad propio y vulnerables ante grupos armados.
