Julio Rosa viajaba todos los días de Orlando a Mount Dora (una hora 15 minutos) para entrenar en el gimnasio de su entrenador.
“Las últimas noches conseguí un colchón inflable y me quedaba allí para seguir mi entrenamiento. Ya sabes se tienen que hacer sacrificios”, afirmó el boxeador puertorriqueño en entrevista con La Prensa.La “Pantera Rosa”, como también es conocido, es un boxeador decidido de Bayamón, Puerto Rico, pasó sus días perfeccionando sus habilidades bajo la atenta mirada de su entrenador, Raymond Rivera.
Julio, quien ha llamado a Orlando su hogar durante los últimos cinco años, se está preparando para una pelea crucial en Nueva Jersey en el Hotel Robert Treat el sábado 9 de marzo desde las 6 pm. Con una confianza inquebrantable, expresa su entusiasmo por la pelea, exclamando: “Me siento bien. Estoy súper emocionado. No puedo esperar a que llegue el día porque sé que vamos a brillar”.
Cuando se le pregunta sobre su estrategia para la victoria, Julio enfatiza seguir el riguroso régimen de entrenamiento que ha seguido durante los últimos dos meses. “Vamos a hacer lo que hemos estado entrenando para cumplir el plan”, declaró con confianza.
Compitiendo en la división de peso welter junior en 140 libras, Julio reflexiona sobre su récord de 8 victorias y 8 derrotas por decisión, con cuatro de esas victorias llegando por nocaut. Expresando el deseo de convertirse en campeón mundial algún día.
Más allá de sus aspiraciones en el ring, Julio se ve a sí mismo como una voz para el pueblo, alguien que puede inspirar y elevar a aquellos que lo necesitan. “Quiero dejar una huella, para que la gente conozca a Julio Rosa”, declara apasionadamente.
Tomando inspiración de leyendas del boxeo como Miguel Cotto y Roberto Durán, Julio aspira a dejar un impacto duradero tanto dentro como fuera del ring. “Mi mayor deseo es inspirar a la gente, dejar una huella que perdure mucho después para las futuras generaciones”, comparte.
Mientras se prepara para su próxima pelea, Julio expresa gratitud a sus fans y seguidores, instándolos a estar atentos a su actuación el 9 de marzo.
Julio se abre sobre su régimen de entrenamiento, su admiración por sus raíces puertorriqueñas y su determinación para superar cualquier desafío que se presente. Reconoce la importancia de proteger la salud y seguridad de los boxeadores, enfatizando la necesidad de atención médica adecuada y sistemas de apoyo en el deporte, refiriéndose a la boxeadora Amanda Serrano quien canceló su pelea por una lesión en el ojo.
Reflexionando sobre su viaje desde Bayamón hasta Orlando, Julio permanece firme en su compromiso de perseguir sus sueños e inspirar a otros a hacer lo mismo. Con una dedicación inquebrantable y un espíritu combativo, encarna la resistencia y determinación de la orgullosa tradición boxística de Puerto Rico.
Al entrar en el ring el 9 de marzo, Julio Rosa lleva consigo las esperanzas y sueños de sus seguidores, preparado para dejar un legado perdurable en el mundo del boxeo y más allá.
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