Por primera vez a sus 77 años, Donald J. Trump se convirtió en un delincuente. Treinta y cuatro veces los declararon culplable.
Un jurado de Manhattan encontró a Donald Trump culpable de los 34 cargos de falsificación de registros comerciales en su juicio penal por pagos de silencio, un veredicto sin precedentes e histórico que lo convierte en el primer expresidente en la historia de EE. UU. en ser condenado por un delito grave.
El juez Juan Merchan fijó una audiencia de sentencia para el 11 de julio. La sentencia de Trump está en manos del juez y podría incluir tiempo en prisión o libertad condicional.
Los fiscales acusaron a Trump de participar en una conspiración ilegal para socavar la integridad de las elecciones presidenciales de 2016 y un plan ilícito para suprimir información negativa, que incluía ocultar un pago de silencio a una estrella de cine para adultos.
Una condena por delito grave de un expresidente o líder de partido es algo sin precedentes, pero Trump, quien es el presunto candidato del Partido Republicano para 2024, aún puede postularse para el cargo.
Trump calificó la decisión del jurado como una “desgracia” y dijo que el “veredicto real” llegará durante la elección presidencial el 5 de noviembre. El presidente Joe Biden dijo en las redes sociales que su rival de 2024 solo puede ser derrotado en las urnas.
Antes de salir al pasillo del tribunal, se reunió con su equipo por un momento. Estaban su hijo Eric Trump y su leal colaborador Boris Epshteyn.
También estaba una de sus abogadas de otro caso, Alina Habba, y su portavoz de campaña, Steven Cheung. Juntaron sus cabezas, pero había poco misterio sobre cuál podría ser el mensaje.
Trump se ha presentado como un mártir. Y ahora, el momento de victimizarse había llegado. Eran las 5:19 pm.
Sus asesores se apartaron, y él se encaminó al centro del pasillo para enfrentar las cámaras allí puestas. Todd Blanche, lo acompañaba.
Trump ahora enfrenta al mundo, esta vez como un hombre condenado, pero también como el personaje central en su propia historia de lucha y resistencia.
La campaña de Trump programó una conferencia de prensa para la mañana del viernes en Nueva York.