Uno de los comentarios más habituales que se escuchan en estas fechas es que la Navidad no es lo que era. Revela una doble realidad: que se trata de una celebración idónea para niños –y dolorosa para muchos adultos–, pero también que la realidad social mundial, está menos determinada por las ideas religiosas y más por el consumismo, esto último ha provocado la pérdida de cierto espíritu navideño.
Dulce Navidad, triste reconocer que en la actualidad este hermoso acontecimiento donde debemos prepararnos para vivir el verdadero significado de esta época tan especial del año, se ha tergiversado, y comercializado, fomentando el consumismo en forma irracional. En muchos hogares se quita el lugar especial a Jesús y se le proporciona a Santa Claus, Papa Noel, un personaje idealizado en la mente de los niños, como un gordito buena gente que desde el polo norte viaja en trineo para traer regalos para todos. Y después regresar a su lugar de origen y pasarse todo el año vigilándonos para ver si nos portamos bien o mal. Entonces ¿quién es más importante, venerado y querido… el que se viste de rojo, o el que humildemente nació en un pesebre? El mundo debiera hacer una pausa en el ajetreo diario para festejar a Jesús, él se convirtió en ofrenda para redimir a la humanidad, debemos permitir que sea él quien tome el verdadero protagonismo en estas fechas, situándolo en el centro de nuestras celebraciones, para nunca olvidar que el legítimo mensaje de la Navidad… es el amor.
¡Feliz Navidad!
¡Feliz, Feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar! (Charles Dickens). Esta cita nos enseña que la infancia no tiene por qué quedar atrás, con recordarla será suficiente para revivirla. Yo comparto con ustedes el sentimiento de mis primeros años en mi país celebrando Navidad (donde era prohibida) mi madre y yo, llenábamos un diminuto arbolito con algodón (para presumir nieve) y a escondidas mi abuela engordaba a un cerdo y después lo mataba (que me parecía muy cruel) para poder tener cena de Nochebuena. Arroz, frijoles negros, plátanos maduros, pudin de pan, llenaban la mesa y se cenaba muy temprano, porque el abuelo no podía comer tarde…Mi ultima nochebuena en mi país… Me despedí de esa tradición y de mis abuelos para siempre…Por eso como dijo Edna Ferber, la Navidad no es una temporada, es un sentimiento. Es un olor, es un recuerdo, es una mesa llena de gente a la que amas, es una canción, una sonrisa, un puñado de magia y unos instantes de felicidad que durarán hasta que vuelva la Navidad del año que viene.
Llegó la Navidad 2022, brindándonos la oportunidad de sacar a pasear nuestras emociones, observar las cosas desde otro punto de vista , con los lentes de aumento de la felicidad que nos proporciona el abrazo, el beso, la ilusión a los regalos, la satisfacción que sentimos al ver llegar de lejos a esa persona especial que hacía tiempo no veíamos…si definitivamente es una época diferente a todas las que vivimos durante el transcurso del año. Por eso hay que hacer de estos días una recopilación de momentos especiales … Esos que no se cuelgan en el árbol lleno de luces y ornamentos, sino los que atesoramos y guardamos en la cajita de memorias de nuestro corazón para siempre. Muchas felicidades!!!!Mis mayores deseos de felicidad y unión para ustedes y toda la familia, ojalá que puedan desenvolver el verdadero regalo de la época, envuelto en lazos de amor.