¡Si llego a la vejez estés conmigo! Personalmente soy de las que me encanta caminar por mi pasado, conversar con él, revisarlo una y otra vez, sentarme y analizar que hice bien y cuantas veces me equivoque para estar donde me encuentro ahora, porque en realidad todo lo que ha pasado, no ha sido en vano, o por casualidad, ni para castigarme…Ha sido un proceso necesario para desarrollar y madurar mi carácter…Una vez leí, que es más fácil educar a una niña fuerte, que a una mujer rota…Así que me he percatado que en este caminar, fui muy bien educada… Nacemos con una tendencia natural de vivir el momento, sin embargo lo que sucedió nos tomó en sus manos e hizo el molde de lo que somos ahora.
En la primera parte de este pasado:
Aprendí lo difícil que fue abandonar un país, refugiarse en otro totalmente desconocido y tratar de dominar un idioma que según un estudio realizado en Boston, se requieren hasta 30 años para dominarlo completamente, así que seguimos en esas.
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En mi niñez , la palabra gusano tomó otro sentido más allá de la ciencia que estudia a los animales…gusano, se me llamó desde que comencé la escuela, solo porque mis padres decidieron que no estaban de acuerdo con la ideología impuesta. Me sentí identificada, cuando una vez calificaron al periodista Ismael Cala de “gusano”. Y el intelectualmente y muy seguro de sí mismo, le respondió:
“Créame que no me insulta al llamarme ‘cubano gusano‘.
La animalización de las personas, con el objetivo de descalificar sus ideas, actuaciones y opiniones, siempre termina descalificando al que la emplea”. Ahora entiendo porque nunca me ofendió que nos llamaran así…los que la emplearon, ya estaban descalificados ante mis ojos.
La evolución del pensamiento me lleva hasta el olor al pudin (budin) de pan que hacía mi abuela (cuando se encontraban los ingredientes para hacerlo,porque la revolución nos privó hasta del sentido del olfato y sabor). No ha bastado el paso de los años para que las cicatrices del comunismo abandonen mi cuerpo y pensamiento, es por eso que en esta nueva etapa de mi vida, renuncio totalmente a la idea de tener que enfrentarme a esta ideología fracasada y obsoleta. Y soy valiente al presentar mi postura y decir: NO me gusta!!!
La política aunque no hablo de ella, porque no tenemos el libre albedrío para hacerlo, sin ser juzgados, ha viajado de mi mano, mi hermoso camino.
He amado, me he caído, me he levantado y con las sonrisas del alma he secado mis propias lágrimas…jugando a ser valiente, y no destapando jamás mi débil retrato. Total a nadie en el fondo le interesa.
En este recorrido muchas veces he pensado que Dios muy bien hubiera podido ser mujer o un viejito maravilloso, pero en realidad al final del camino no le pongo rostro, porque eso realmente no me importa, lo que me fascina saber es, que ese Ser Superior es mi compañero fiel, siempre ha estado y seguirá ahí , pasado, presente y futuro…
Sentir caer la lluvia o sentarme a la orilla del mar acarician mi mente desde jovencita, y ahora con la nieve de la vejez deslizándose por mi cabello, esta sensación se vuelve cada vez más importante y necesaria. Ver pasar los días detrás de mi pluma , me hace sentir con mucha vida por delante y con el anhelo de ver un mundo mejor para mis nietos y nuevas generaciones.
Los adelantos médicos que antes no existían me dan la confianza, de atesorar la idea de que ese trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar y, que borra el pasado con el tiempo, va a tener cura…y no va a llegar a tocar más puertas…por eso y en agradecimiento a lo recorrido y vivido: Querido pasado: solo le pido a Dios que Si llego a la vejez estés conmigo!!