En un día como hoy, ocurrió un evento desafortunado de grandes proporciones, el holocausto de libros de los nazis. Alemania vio como los partidarios de Hitler quemaron miles de libros de autores. Fecha denominada por los medios como el “holocausto de libros”.
El holocausto de los libros de los nazis
Alemania tiene esta fecha en su memoria colectiva; el 10 de mayo de 1933 se dio el conocido “holocausto de libros”. Este nombre se lo puso Newsweek, después de realizar un artículo sobre tan desagradable suceso.
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Los nazis arrebataron años de escritos en tan solo un día. Quemaron obras de autores judíos creyendo que eso era un obstáculo para sus idelogías tan severas. Ellos decían que al quemar estos libros ejercían una “acción contra el espíritu antialemán”.
El suceso principal
La tarde del 10 de mayo de 1933 se vistió de cenizas. Se logró reunir alrededor de 70 mil personas en el Opernplatz de Berlín. Alumnos de casi todas las universidades llevaron hasta el lugar más de 20 mil libros, los cuales se transportarían en camiones y carretillas.
En un discurso de odio que expresó el líder estudiantil nacionalsocialista, Herbert Gutjahr, dejó ir toda su violencia verbal.
“Hemos dirigido nuestro actuar contra el espíritu no alemán. Entrego todo lo que lo representa al fuego”.
Palabras que se quedarían grabadas para siempre.
El joven líder estudiantil, de 23 años en ese entonces, arrojaría centenares de libros a las llamas ardientes.
Esa escena solo fue una de tantas que tuvieron lugar en la Alemania Nazi. Muchos universitarios quemaron libros nada más por no estar de acuerdo con su ideología política y social.
Sin embargo, el desfalco de la literatura se dio semanas antes, cuando los alumnos de carreras profesionales empezaron a retirar su acervo. Quitaron las obras de escritores, poetas y periodistas considerados “indeseables”. Fueron a bibliotecas y academias y propagaron su ideología de eliminar a los textos antinazis.
La Alemania Nazi solo estaba afinando técnicas
Los nazis tenían a algunos artistas como enemigos del gobierno, estos eran socialistas, comunistas, pacifistas o judíos. Este día era para demostrar que con Hitler nadie se metía. No hubo persona alguna que se interpusiera.
Los autores de obras infantiles no fueron la excepción. Heine fue testigo de cómo quemaron sus obras, y le pareció un suceso desagradable y grotesco. Este autor dijo una frase que quedó para la posteridad:
“Donde se queman libros se terminan quemando también personas”.
Sus palabras fueron sabias, ya que pocos años después, la Alemania Nazi daría caza a los judíos. Tiempo más tarde, el Nacionalsocialismo cometería un crimen de lesa humanidad, el holocausto.