Hace 90 años falleció uno de los perros más famosos en la historia del mundo. De raza husky siberiano y abundante pelaje, Balto formó parte de una mítica expedición en Alaska.
También llamada “la carrera del suero”, la expedición que lideró Balto, tenía como objetivo llevar medicamentos a personas hasta la ciudad de Nome, amenazadas por la difteria.
Fue en 1925 cuando la travesía reunió a un grupo de perros de trineo que llevarían la antitoxina a relevos desde la ciudad de Anchorage, en Alaska.
Balto encabezó a la manada que atendió el último tramo del escarpado camino. La misión, con fuertes ventiscas y en medio de heladas concluyó con éxito.
Recientemente, se ha realizado un estudio de ADN a Balto para descifrar su genética y qué lo llevó a convertirse en un perro globalmente conocido.
Los historiadores precisan que no fue Balto el verdadero héroe, sino Togo, otro perro en la misión. Mientras el primero recorrió unas 50 millas, el segundo lo hizo por más de 250.
La historia de Balto y Togo, recuerda a la de Thomas Alva Edison y Nikola Tesla, donde el primer inventor se llevó la ovación internacional, mientras el segundo murió en el olvido.
Ni husky ni perro lobo… ¿Qué clase de perro era Balto?
Lo que no sabías de Togo, el perro que compartió expedición con Balto
Expertos afirman que el furor por Balto, es consecuencia de una enorme campaña difundida por su dueño, quien se encargó de convertir al perro en leyenda. Y le funcionó.
Hoy es posible encontrar una estatua en honor a Balto, la cual se ubica en el Central Park de Nueva York. Asimismo, existen innumerables películas que tratan de su vida.
También es posible encontrar el cuerpo embalsamado de Balto, que murió en 1933 y se expone en el Museo de Historia Natural de Cleveland, en Ohio.
El estudio: ¿Balto era lobo?
Liderada por Katherine Moon, investigadora postdoctoral de la Universidad de California, la investigación fue posible gracias a que de alguna manera aún es posible acceder a Balto.
“El hecho de que fuera embalsamado nos brindó esta magnífica oportunidad 100 años después de ver cómo habría sido genéticamente esa población de perros de trineo y compararlo con los perros modernos”, explicó Moon.
Para realizar el estudio, fueron necesarias algunas muestras de piel del vientre del perro que permitirán reconstruir su genoma.
Posteriormente, este material genético fue comparado con el de 680 perros contemporáneos de 135 razas y tamaños diferentes.
Hasta antes del análisis, se creyó que Balto tenía algún porcentaje de lobo, pero las pruebas demostraron que no existió ningún porcentaje genético o sanguíneo asociado a este.
Los resultados arrojaron que Balto compartía antepasados con los actuales husky siberianos y los perros de trineo de Alaska y Groenlandia.
De igual manera, el equipo de Moon realizó comparaciones entre los genes de Balto y otras 240 especies de mamíferos, como parte del ‘Proyecto Zoonomía’.
Con esto, los investigadores lograron determinar qué proporciones de ADN estaban presentes en esas especies y señalaron que no han cambiado a lo largo de la evolución.
Esto quiere decir que dichos tramos de ADN están asociados a funciones importantes en el animal, y que las mutaciones en ellos podrían ser peligrosas.
Para ser precisos, la conclusión fue que Balto tenía un mínimo porcentaje de mutaciones que las razas modernas de perros, por lo que era mucho más sano y su sangre más pura.
Aquellas variantes encontradas en el perro, tenían qué ver con el peso, la formación de sus articulaciones e incluso el grosor de la piel, debido al entorno en que fue criado.
El paso siguiente, será obtener una muestra de los restos de Togo, que podrían revelar cómo logró realizar la gran hazaña que sin duda merece ser reconocida.