En el principio, Barbie replicaba el modelo de belleza de una época y un lugar: creada por la compañía Mattel en 1959, la muñeca, cuyo nombre completo es Barbara Millicent Roberts, era el emblema de la mujer deseable, un ícono literal para que las chicas imiten: rubia, sexy, joven, preocupada por su apariencia rosa, Barbie fue un fenómeno de ventas global, pero también se convirtió en el emblema del sexismo y la superficialidad consumista, siempre con tacos y sonriendo…
Para muchos, una verdadera mujer objeto.
Pero Barbie, aunque lo parezca, no se ha portado como tal.
“Con más de 200 profesiones, seis candidaturas a la Presidencia y un viaje a la Luna antes que Neil Armstrong, Barbie sigue evolucionando para ser un modelo relevante y moderno para todas las edades”, contó Lisa McKnight, gerente general y vicepresidente senior de la marca Barbie, en un comunicado con motivo del 60
cumpleaños, celebrado en 2019.
En efecto, con el correr de los años, la muñeca para la que han diseñado vestidos importantes figuras de la alta costura como el recientemente fallecido Kar Lagerfeld, se reinventó recientemente como “una plataforma para el empoderamiento de las niñas”.
Barbie se volcó de lleno en ese momento a la diversidad: muñecas de diversas etnias y profesiones fueron muñeca, al igual que grandes personalidades del mundo real, desde Frida Kahlo a Naomi Osaka. Acaban de lanzar una Barbie con síndrome de Down.
La Película
Esa reinvención, que permitió un repunte en las algo alicaídas ventas de la muñeca, tiene su culminación en la pantalla grande, con el estreno de “Barbie”, la película, con dirección de Greta Gerwig y Margot Robbie encarnando a la muñeca.
Una comedia familiar de aventuras en la que Barbie lleva una vida ideal en Barbieland: allí todo es perfecto, con fiestas llenas de música y color.
Todos los días son el mejor día: la vida color de rosas, al punto de que la producción agotó la pintura rosa flúor de una marca de pintura estadounidense para conseguir los coloridos sets de la película.
Pero claro, sin conflicto no hay película: Barbie se hace algunas preguntas, cuestiones bastante incómodas que no encajan con el mundo idílico en el que ella y las demás Barbies viven. Cuando Barbie se dé cuenta de que es
capaz de apoyar los talones en el suelo y tener los pies planos, decidirá calzarse unos zapatos sin tacos y viajar hasta el mundo real.
No irá sola: su compañero Ken (Ryan Gosling) irá con ella, juntos descubrirán cómo es el mundo de verdad. Claro que cuando el CEO de Mattel (Will Ferrell) sepa que Barbie ha escapado de Barbieland, evitará a toda costa la catástrofe y querrá devolver de nuevo a esta muñeca de juguete a una caja.
Una premisa que, como otras películas de juguetes (la más notable, “La película Lego”) no escapa al origen comercial de la protagonista y la película, sino que la integra a la trama.
La película ha generado un verdadero furor, gracias a una estrafalaria campaña de marketing que incluyó la construcción de una mansión Barbie tamaño real: “Barbie” la película ha ayudado a barbie a terminar así su reinvención, es uno de los estrenos más esperados del año y ha culminado el proceso de reinvención de la muñeca, ahora un ícono de empoderamiento femenino, con Robbie cuestionando el mundo superficial (pero también burbujeante y divertido) que habita.
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