La expiración de los subsidios pandémicos eleva las primas hasta más del doble, dejando a miles de familias con decisiones difíciles sobre su cobertura médica
Al cumplirse el plazo que muchos temían —un punto muerto en las negociaciones entre demócratas y republicanos—, los congresistas demócratas Darren Soto y Maxwell Alejandro Frost se reunieron con sus constituyentes y con funcionarios locales para abordar la creciente crisis de salud en Florida Central, agravada por la expiración de los créditos fiscales de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), también conocida como Obamacare, y el cierre parcial del gobierno federal.
Durante la reunión, también se discutieron los beneficios de alimentación (SNAP). En medio del cierre parcial del gobierno, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), agencia encargada del programa SNAP, anunció el mes pasado que sus casi 42 millones de beneficiarios dejarían de recibir ayuda para comprar alimentos a partir del 1 de noviembre, obligando a muchas familias a recurrir a bancos de comida.
La comisionada del Condado de Orange, Maribel Gómez Cordero, informó que la comisión está por aprobar $1 millón para apoyar a los bancos de alimentos, una semana después de que organizaciones sin fines de lucro advirtieran que el aumento en la demanda, provocado por la reducción en los fondos de SNAP, podría desatar una “crisis”.
La conferencia de prensa se llevó a cabo en medio de un cierre gubernamental que podría convertirse en el más largo en la historia de Estados Unidos, dejando a millones de estadounidenses con incertidumbre sobre su cobertura de salud y acceso a servicios públicos esenciales.
“Soy esposo, padre de tres y vivo con diabetes. Gracias a la Ley de Cuidado de Salud Asequible, mi seguro costaba solo $200 al mes con el subsidio reducido”, dijo Nathan Sharp, residente de Crystal River de 49 años, quien esta semana se enteró de que el costo mensual de su plan de Obamacare se elevará a $450. También mencionó que sus copagos aumentarán y que está considerando quedarse sin cobertura el próximo año.
“No voy a poder pagar mi seguro”, añadió Sharp, quien trabaja de manera independiente en marketing digital. “Voy a tener que pagar de mi bolsillo”.
Millones de floridanos enfrentan aumentos similares en los costos de los planes de ACA con el inicio del periodo de inscripción este sábado. Los aumentos están impulsados por la expiración de los subsidios mejorados, aprobados en 2021, que ayudaron a muchas personas a pagar su seguro médico, y que ahora se encuentran en el centro de la disputa que mantiene paralizado al gobierno federal.
Florida tiene aproximadamente 4.7 millones de personas inscritas en planes de ACA, y se estima que hasta un tercio podría perder su cobertura debido al aumento de precios. Las tarifas variarán según la edad, los ingresos, el tipo de plan y la ubicación del asegurado. Obamacare busca ofrecer seguros más accesibles para quienes no reciben cobertura a través de un empleador, y alrededor del 97% de los inscritos en Florida reciben subsidios basados en ingresos que reducen sus primas.
Pero el próximo año, muchos tendrán que pagar más por la misma cobertura, suponiendo que el Congreso permita que los subsidios adicionales expiren al finalizar el año.
Frost señaló que envió una carta al gobernador solicitando una sesión especial para atender la crisis y evitar que residentes vulnerables se queden sin comida ni acceso a atención médica. Añadió que los recortes federales, incluyendo la posible expiración de subsidios del ACA, afectarían a millones, y acusó a líderes republicanos de no enfrentar al presidente Donald Trump.
“Muchos republicanos saben que esto está mal y quisieran extender los subsidios de salud, pero tienen miedo de Trump. Mientras tanto, son nuestras comunidades las que van a sufrir”, afirmó.
El legislador destacó que Florida es uno de los estados que más se beneficiaría de extender los subsidios del ACA, ya que el aumento de primas podría ser de entre 50% y 300% si no se actúa antes de fin de año. Además, advirtió que programas como Medicaid, SNAP y el apoyo a hogares de ancianos también están en riesgo.
Respecto a las críticas que señalan que demócratas y republicanos se culpan mutuamente, Frost respondió: “El problema es que la dirección republicana ni siquiera quiere negociar. Si creen que subirle el costo de la salud a la gente es lo correcto, que vayan a Washington y den la cara. Pero no pueden cerrar el gobierno y dejar a las familias sin ayuda esencial”.
Mientras el estancamiento político persiste, familias en Florida ven un aumento potencial en sus costos de seguros de salud. Para Skylar Trujillo, madre de cuatro hijos y paciente de cáncer de mama en etapa 3, la batalla no solo es contra la enfermedad, sino contra la posibilidad de perder la cobertura médica que está sosteniendo su vida.
“Esa prima de 14 dólares me está salvando la vida”, afirmó Trujillo, de 29 años, residente de Spring Hill. “Si sube incluso a 50 dólares al mes, podría empujar a mi familia al borde del abismo financiero. Tendré que elegir entre continuar mi tratamiento, pagar la renta o alimentar a mis hijos”.
El temor de Trujillo refleja un problema mayor: la posible expiración de los subsidios temporales del ACA, aprobados durante la pandemia, que han permitido a millones de estadounidenses acceder a seguros de bajo costo. En Florida, el impacto sería especialmente devastador.
Con 4.7 millones de inscritos, Florida es el estado con más beneficiarios de planes del mercado de salud. En una conferencia virtual con el congresista Soto, cuyo distrito cubre Orlando, Kissimmee y St. Cloud, se destacó que hay una de las tasas más altas de inscripción en el país: más de 270,000 personas, cerca del 30% de la población local.
“Prefieren mantener el gobierno cerrado antes que negociar para reducir los costos de salud. Necesitamos trabajar de manera bipartidista para salvar Obamacare y bajar los costos”, dijo Soto.
Los demócratas buscan extender los subsidios como parte de un acuerdo para reabrir el gobierno. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, esto costaría unos 23 mil millones de dólares por año, o 350 mil millones durante la próxima década.
Consultado sobre la posibilidad de que los demócratas en el Senado voten por reabrir el gobierno primero y negociar después, Soto respondió: “Reabrimos y luego Trump simplemente dice que no. Ya ha roto su palabra antes. En mi distrito, 275,000 personas dependen del Obamacare, el segundo número más alto del país. Florida tiene la mayor inscripción del país, con 4.6 millones. Si no resolvemos esto, será devastador para familias, pequeños negocios y trabajadores independientes”.
El congresista añadió que la falta de personal en los centros de control aéreo, incluyendo Orlando, es crítica, y reiteró su llamado a que el presidente lidere en lugar de agravar la crisis.
“Los republicanos de la Cámara llevan seis semanas en sus distritos mientras el país necesita soluciones. Eso es una falta grave de responsabilidad”, dijo Soto.
Un debate de alto voltaje político
Mientras tanto, líderes republicanos mantienen su postura: no habrá negociación hasta que el gobierno vuelva a funcionar. El presidente Donald Trump declaró que no cederá ante lo que llamó “chantaje” demócrata.
Algunos republicanos han propuesto reconfigurar el sistema. El gobernador Ron DeSantis sugirió que personas menores de 50 años accedan a seguros “catastróficos” más económicos, en lugar de coberturas amplias. Sin embargo, activistas y legisladores demócratas insisten en que eliminar subsidios o proponer planes limitados deja desprotegidas a familias que ya enfrentan el aumento del costo de vida.
“¿Comida o medicinas?” — la campaña en las calles
Para presionar al Partido Republicano, los demócratas desplegarán vallas publicitarias móviles en condados clave como Osceola, Miami-Dade y Duval con el mensaje: “¿Comida o medicinas? No deberías tener que elegir”, dijo Nikki Fried, presidenta del Partido Demócrata en Florida.
Para Trujillo, las decisiones que se tomen en Washington son cuestión de vida o muerte. Sin poder trabajar debido a la quimioterapia y enfrentando además la pérdida de beneficios de alimentación (SNAP) por el cierre del gobierno, su situación se vuelve cada día más delicada.