Kerr County, Texas — Las devastadoras inundaciones que azotaron el centro de Texas durante el fin de semana del 4 de julio han dejado al menos 78 personas muertas, entre ellas 28 niños, según informaron las autoridades el domingo. El epicentro de la tragedia se encuentra en Kerr County, donde el sheriff Larry Leitha confirmó que 68 de las víctimas fallecieron en esa zona rural del Texas Hill Country.
El gobernador del estado, Greg Abbott, ofreció una conferencia de prensa donde actualizó la cifra de víctimas y desaparecidos, confirmando que al menos 41 personas siguen desaparecidas, muchas de ellas relacionadas con un campamento de verano para niñas cristianas, Camp Mystic, fundado hace casi un siglo.
“Fue simplemente horrífico ver lo que esos niños pequeños tuvieron que pasar”, dijo el gobernador Abbott, quien recorrió el área el sábado y prometió continuar con los esfuerzos de búsqueda.
Una pesadilla en el campamento de verano
Camp Mystic, ubicado a orillas del río Guadalupe, fue uno de los lugares más afectados. Once personas, entre ellas diez niñas y una consejera, seguían desaparecidas el domingo, mientras equipos de rescate continuaban las labores en condiciones extremas. Las lluvias torrenciales del viernes hicieron que el río se desbordara con una rapidez inesperada, alcanzando niveles de hasta 29 pies (9 metros).
Katharine Somerville, consejera del campamento en el área de Cypress Lake, relató a Fox News el caos vivido durante la noche. “Las cabañas más altas estaban completamente inundadas. Nunca imaginamos que algo así pudiera ocurrir”, dijo. Añadió que los militares evacuaron a las niñas en camiones especializados y que, bajo su supervisión, todas las de su grupo estaban a salvo.
Rescate a contrarreloj
Más de 850 personas fueron rescatadas durante el fin de semana, muchas de ellas aferradas a árboles para no ser arrastradas por la corriente. Equipos de emergencia trabajan sin descanso, mientras el jefe de Manejo de Emergencias de Texas, Nim Kidd, advirtió sobre una posible nueva crecida. “Estamos evacuando partes del río ahora mismo porque tememos otra pared de agua que descienda por la cuenca del Guadalupe”, dijo.
El presidente Donald Trump expresó sus condolencias desde Nueva Jersey y dijo que probablemente visitará la zona el viernes. “Es algo terrible lo que ocurrió, absolutamente horrible. Que Dios bendiga a todos los que han pasado por tanto, y que Dios bendiga al estado de Texas”, declaró Trump.
Tras declarar estado de desastre mayor, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) fue activada y está desplegando recursos. La Guardia Costera de EE.UU. también se unió con helicópteros y aviones en la búsqueda de víctimas.
Críticas a los recortes federales
A raíz de la tragedia, algunos funcionarios y expertos cuestionaron si los recortes presupuestarios impulsados por la administración Trump —especialmente en agencias como el Servicio Meteorológico Nacional— contribuyeron a la falta de alertas oportunas. Según el exdirector de la NOAA, Rick Spinrad, la pérdida de personal ha afectado la capacidad de prever fenómenos extremos.
Joaquín Castro, congresista demócrata por Texas, señaló que “cuando hay inundaciones repentinas, no contar con personal suficiente para hacer los análisis adecuados puede ser mortal”.
Trump rechazó estos señalamientos, diciendo: “Esa situación del agua, eso fue en realidad parte del sistema que heredamos de Biden… Pero no culpo a Biden tampoco. Esto es una catástrofe que ocurre cada 100 años”.
Un paisaje de destrucción
Las imágenes del campamento el sábado mostraban cabañas arrasadas, líneas de lodo en las paredes a casi dos metros de altura, camas destruidas, objetos personales cubiertos de barro y edificios con ventanas rotas o muros colapsados.
En otras zonas del estado, se reportaron muertes adicionales: tres en el condado de Burnet, cinco en Travis, una en Tom Green y una más en Williamson.
Las autoridades han advertido que el número de víctimas podría aumentar en las próximas horas, mientras se intensifican las labores de búsqueda en una región donde muchas áreas permanecen incomunicadas.
Mientras Texas intenta recuperarse, el país entero observa con el corazón encogido cómo una festividad nacional se convirtió en una tragedia de dimensiones históricas.