En los últimos tres meses ha habido un aumento dramático en el número de puertorriqueños que regresan a la isla. Esta “migración inversa” o el “bumerán de la migración” puede ser atribuido a la pandemia del Covid-19 que ha sumido a Florida en una desaceleración económica que incluye el despido masivo de trabajadores y las subsecuente falta de dinero para pagar la renta y los servicios básicos para vivir.
Patricia Pacheco, gerente general de la compañía de mudanzas, la Rosa del Monte, ha sido la primera en observar que familias boricuas se están regresando en grandes cantidades a Puerto Rico desde que la gobernadora Wanda Vázquez reabrió la economía en mayo. Los puertorriqueños empezaron a mudarse de Florida para Puerto Rico “como nunca se había visto”.
Cada semana, de lunes a viernes, la Rosa del Monte ha estado enviando a Puerto Rico contenedores de 53 pies llenos de enseres familiares. Una mudanza familiar promedio es de aproximadamente 9,000 libras de muebles y otras propiedades del hogar, por lo que los remolques generalmente pueden acomodar pertenencias de tres a cinco familias. En promedio unas cinco familias boricuas regresan a casa no obstante la desestabilidad del gobierno de Puerto Rico, los terremotos y los huracanes… sigue siendo más económico vivir en la isla más la ayuda solidaria de familiares y amigos.
De acuerdo con esta tendencia se llevan todos sus enseres, carros y lo que puedan rescatar. Como la pandemia se ha prolongado, cada vez más personas pierden el empleo y las oportunidades de progreso, por eso deciden devolverse a su lugar de origen porque es más fácil sobrevivir allá que afrontar los altos costos de vida de aquí, expresó Pachecho.
Según comentarios de los clientes de la Rosa del Monte, hay personas que llevaban muchos años viviendo en Florida y solo estaban esperando unos cinco años para retirarse y devolverse, pero llegó el Covid, perdieron el empleo y por esa razón adelantaron su retiro. Los más jóvenes que llegaron hace dos o tres años y se quedaron sin trabajo han sobrevivido con fondos del desempleo, pero ya se están terminando y prefieren devolverse para evitarse un gasto mayor y e incurrir en más problemas económicos.
“Para alquilar una casa es por palas (influencia) te piden depósito, una fianza, dinero para la aplicación y se quedan con el dinero de la aplicación aunque no te alquilen. También se quedan con ese depósito y eso no es gracioso. Adicionalmente aun con el Covid el casero quería cobrar $500 adicionales por los 15 días que me atrasé porque me suspendieron del trabajo y no tenía como pagar la renta, además el desempleo se tardó en depositar los fondos”, explicó Elisa Hernández, madre de familia de 29 años que llegó hace cuatro años a Florida atraída por las escuelas que eran lo mejor para sus hijos.
Hernández Pagaba $1400 de renta por un apartamento de tres cuartos y dos baños en el complejo Venetian localizado en Kissimmee, aparte tenía que pagar el seguro del carro y la guardería de sus dos niños que por cada uno eran $800. Ella se regresó a Puerto Rico a principios de julio y el casero se quedó con su depósito porque ella se fue antes de cumplir el contrato.
La joven madre dijo que en Florida el costo de vida se puso demasiado caro, mientras que en Puerto Rico tiene a todos sus familiares, la renta no es tan cara y le ayudan a cuidar a los niños. Hernández vive ahora en Aguadilla y no se arrepiente de haber regresado a Puerto Rico pese a la desestabilidad política, los huracanes, y los terremotos porque dice que el área donde vive no se afecta tanto porque las casas son fuertes y de concreto macizo.
Por su parte la gerente de La Rosa del Monte explicó que están “overbooking” (sobrevendidos) hasta septiembre. “Todo el mundo nos llama, nos suplica que le recojamos y estamos llenos en el almacén. Incluso nos traen su mudanzas en camiones. Es una locura. Esta pandemia ha ocasionado una crisis financiera que entiendo afecta psicológicamente, la gente tiene miedo a perderlo todo y además quedarse en la calle viviendo”, afirmó Pacheco.
Según agregó que las personas están viajando de emergencia y solo se llevan lo más indispensable porque deben dejar las casas, o prefieren dejarla botada, regalan los créditos de los carros, ella ve una desesperación y que la gente no está pensando con claridad, “están abandonando casas prácticamente sus casas nuevas y las que rentan las quieren sacar pronto porque si no las sacan las pierden”, agregó Pacheco.
La Rosa del Monte trabajan a nivel internacional pero sus raíces son puertorriqueñas porque la compañía la fundó Iván Rodríguez que es boricua, por eso el volumen más alto de mudanzas se da entre Puerto Rico y todas las ciudades del norte y sur de EEUU. Tiene sucursales en Orlando, Miami, Nueva York, Filadelfia, Chicago y Republica Dominicana, pero el incremento más grande que ha visto es entre todos los condado de Florida y Texas hacía Puerto Rico.
“Desde la pandemia no ha habido un solo día en que hayamos cerrado. Hemos trabajado todos los días pensando siempre en que nuestros hermanos puertorriqueños necesitan ayuda y que no muchas compañías estaban disponibles para ellos en estos momentos difíciles”, agregó Pacheco quien es originaria de Colombia.
“A mucha gente que trabajaba en los parques temáticos les han dado lay off (despido). Personas que trabajaban en los hoteles, los han despedido en cantidad. Toda la clase media que dependía del trabajo en el turismo ha perdido el empleo y ha hecho que la gente se esté mudando a Puerto Rico tanto que la empresa de mudanza no se da abasto para darles el servicio”, señaló Sylvette Santos quien es gerente en renta de viviendas vacacionales y también ha observado este regreso de personas a la isla caribeña.