El ícono de la lucha libre profesional falleció a los 71 años, víctima de un paro cardíaco. Hogan fue clave en la popularización del deporte y su legado marcó generaciones.
La lucha libre está de luto. Hulk Hogan, uno de los nombres más reconocidos en la historia de la WWE y un ícono de la cultura pop durante más de cuatro décadas, falleció este jueves 24 de julio a los 71 años en Clearwater, Florida, a causa de un paro cardíaco, según informó el portal especializado TMZ Sports. La empresa WWE también confirmó la noticia a través de sus redes sociales.
Hogan, cuyo nombre real era Terry Gene Bollea, transformó la industria del entretenimiento deportivo al convertirse en la cara de la entonces World Wrestling Federation (WWF) durante los años 80. Su carisma, presencia física imponente y estilo teatral le permitieron conectar con una audiencia global, dando paso al fenómeno conocido como “Hulkamania”.
De ídolo del ring a estrella mundial
Nacido en Augusta, Georgia, y criado en Tampa, Florida, Hogan comenzó su carrera luchística en la década de 1970, pero su ascenso meteórico se dio en 1984, cuando venció a The Iron Sheik para obtener su primer campeonato mundial de la WWF. Su victoria marcó el inicio de una era dorada para la empresa, que consolidó su dominio en la lucha libre profesional con eventos como WrestleMania, donde Hogan fue el atractivo principal en numerosas ediciones.
Uno de sus momentos más recordados fue en WrestleMania III (1987), cuando protagonizó un combate histórico ante André the Giant, frente a más de 93,000 espectadores. Su capacidad de levantar al gigantesco luchador sobre sus hombros se convirtió en una de las imágenes más emblemáticas del deporte.
Más allá del cuadrilátero
Hogan no solo fue una superestrella dentro del ring; también logró trascender la lucha libre para convertirse en una figura del entretenimiento. Participó en películas, comerciales, y tuvo su propio reality show familiar, Hogan Knows Best, transmitido por VH1. Su frase “Whatcha gonna do, brother?” quedó grabada en la cultura popular y su imagen llegó a millones de hogares en todo el mundo.
Durante los años 90, Hogan reinventó su personaje en la World Championship Wrestling (WCW) bajo el apodo de “Hollywood Hogan”, liderando el grupo nWo (New World Order), lo que revitalizó su carrera y atrajo a una nueva generación de fanáticos durante la llamada Monday Night Wars, una feroz competencia entre WCW y WWF por la audiencia televisiva.
Un legado incuestionable
En total, Hogan conquistó seis campeonatos mundiales en la WWE y otros seis en la WCW, consolidando su estatus como uno de los luchadores más exitosos de todos los tiempos. En 2005, fue inducido al Salón de la Fama de la WWE por el actor Sylvester Stallone, otro símbolo de la cultura pop de los años 80.
A pesar de controversias y problemas personales en años recientes, su influencia en la industria del entretenimiento deportivo es incuestionable. Fue pionero en la internacionalización de la lucha libre y en convertirla en una industria millonaria gracias a su imagen y capacidad de generar emociones en el público.
Últimos días y despedida
En mayo pasado, Hogan fue sometido a una cirugía de cuello, y aunque hubo rumores sobre su delicado estado de salud, su esposa Sky desmintió que estuviera en coma. Sin embargo, la madrugada de este jueves, fue atendido de emergencia en su residencia por un paro cardíaco y trasladado en ambulancia a un hospital de Clearwater, donde finalmente falleció.
Fanáticos, colegas y personalidades del espectáculo han comenzado a rendir homenaje a quien fue, para muchos, el luchador más influyente de la historia.
