Autoridades locales de la zona fronteriza de Colombia con Panamá expresaron su preocupación por la idea que ha esbozado el presidente electo de ese país, José Raúl Mulino, de cerrar el paso por la selva del Darién que une los dos países en un intento por frenar la migración irregular.
Mulino, quien ganó el domingo la elección presidencial en Panamá, ha planteado cerrar la selva con ayuda de tecnología y utilizando a la policía fronteriza, sin presentar un plan concreto.
Sin embargo, sus declaraciones generaron preocupación en Necoclí, un pequeño pueblo del Caribe colombiano a donde llegan cientos de migrantes que abordan diariamente embarcaciones que luego los llevan por mar abierto hasta el inicio de la peligrosa travesía por la selva.
“Tal decisión podría desencadenar un significativo represamiento de migrantes en nuestro territorio”, indicó el miércoles en un comunicado la alcaldía de Necoclí, como ya ocurrió en febrero por una protesta de transportistas.
Cerca de 65.000 migrantes han pasado por Necoclí en lo que va del año, lo que según la alcaldía representa un incremento de más de 20.000 personas con respecto al mismo periodo del año anterior.
Mulino manifestó desde su campaña electoral su empeño por “terminar con el negocio” de la inmigración ilegal. “Deportaremos a quienes no respeten nuestras leyes migratorias y trabajaremos con nuestros socios estratégicos este importante tema”, escribió en su cuenta de X, antes Twitter, el 26 de marzo.
En 2023, transitaron por el Darién más de 520.000 migrantes, según el gobierno de Panamá, lo que representa un récord de desplazamientos, especialmente de personas procedentes de Venezuela, Ecuador, Haití, China y Colombia.
Entre enero y marzo de este año han transitado más de 110.000 personas por esta ruta.
La alcaldía de Necoclí recordó que en febrero más de 1.000 personas quedaron varadas en su municipio cuando las navieras que transportan migrantes protestaron por la captura de dos de sus capitanes señalados de presuntamente traficar con migrantes, lo que generó que se interrumpiera el flujo por el Darién.
Para la alcaldía se trató de una “situación crítica” que generó caos en una población con capacidades limitadas para atender un volumen alto de migrantes que terminan por dormir en las calles, playas o casas convertidas en hoteles.
“Factores como los recientes eventos políticos en Panamá y las próximas elecciones en Venezuela seguramente contribuirán a aumentar estos flujos migratorios”, agregó la comunicación.
Colombia ha llamado a otros países de la región a discutir soluciones para atender los crecientes flujos migratorios por considerarlo un desafío conjunto.