En el mundo matemático que, dicho sea de paso, rige el orden universal, cuando le añades elementos a un conjunto, pero por el otro lado le restas lo mismo… entonces el conjunto no crece… sobre todo si le quitas más de lo que le añades.
Con el tiempo he aprendido que la lógica no siempre es tan lógica… y que la suma no siempre añade; todo lo contrario. En la vida hay sumas que te restan… y restas que te suman… ¿Paradójico, verdad…???
Míralo de esta manera: A veces sumar personas a tu vida, te puede restar paz. Sumar demasiados proyectos te puede restar proyección. Sumar adeptos, te resta intimidad… y sumar aperturas, te puede restar control. Sin embargo, restar te puede añadir tanto. Te resto confianza… y ahorro desilusiones. Te resto atención… y gano calidad de tiempo. Te resto pensamientos… y gano Paz. Son reglas básicas de suma y resta, que nada tienen que ver con la matemática tradicional… y que se ajustan de manera congruente a la esencia de la vida y nuestra bendita manía de cuantificar…
Tú, eres un conjunto de cosas; elementos diferentes que coexisten en esa pequeña ecuación que llamamos humanidad. Nuestro tiempo no es eterno… y precisamente porque tiene caducidad, es que no podemos darnos el lujo de perder ni un solo segundo de nuestra existencia resolviendo una matemática que no nos pertenece. Al fin y al cabo, el aprendizaje de cada quien dependerá de los resultados de su examen y de cómo logre despejar, resolver y balancear cada ecuación con la que se encuentre.
Lo que aprendimos en la escuela es bien importante… pero esto es otro tipo de matemática… Estas son tus ecuaciones personales. Aquí se trata de encontrar las piezas perfectas de tu conjunto… aunque esto signifique RESTAR… PARA TENER.
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Edwin Ocasio