Aun la pandemia sigue su avance en el mundo, y las vacunas por fin han abierto una ventana de esperanza. Pero aunque el mundo se detuvo, nuestros pensamientos, sentimientos e ilusiones siguieron vivos, y existe una serie de hechos que vale la pena destacar de la jornada de encerramiento del pasado año y principios de este. Hubo menos asesinatos, más acercamiento con el núcleo familiar que vivía bajo el mismo techo, se activaron las comunicaciones con parientes lejanos para ver como se encontraban, nos volvimos creativos, nuestra sexualidad aumento, hubo más embarazos, han nacido más niños, cambiamos de Presidente, encontramos refugio en el mundo espiritual,nos obligó a pararnos y pensar, también nos enseñó que debemos cuidarnos, cuidar nuestra mente y nuestro cuerpo, alimentarnos de forma sana, hacer ejercicio, dedicarnos tiempo para relajarnos, para querernos y para querer a los demás, ¿y por qué no decirlo ?, hubo un encuentro muy personal con el YO que habita en cada cual.
Es cierto este último año fue espantoso por decir lo menos. Todos fuimos desafiados a tomar una posición y, en ocasiones, nos sorprendieron algunas de las opiniones que escuchamos y leímos. Por mi parte y dado a mi empleo, escuché a muchas personas hablar del mismo tema, algo que no fallaba en las conversaciones, una cosa que resonaba, el tema de la salud mental y cómo impactaba a todos de diferente manera. Se entendió que trabajar desde casa fue un beneficio y un lujo que muchas personas disfrutaron y que como adultos éramos capaces de buscar alternativas, opciones y reinventarnos. Mi corazón estaba con las generaciones más jóvenes, y con los ancianos que no tuvieron más remedio que conformarse y aprender a tener paciencia, una virtud increíble, que se puede desarrollar cuando se practica adecuadamente y no les quedó más remedio que hacer uso de ella.
Cuando en los noticieros, los periódicos, la radio y en las redes sociales, se hablaba del virus, del aislamiento, del pico de contagios, de las camas no disponibles en los hospitales, de la economía que caía en picada… había personas que decidían, al menos por unas horas, hacer cosas diferentes y alejarse de tanta información, ¿y tú? ¿ tomabas tiempo, también para alejarte? ¿Qué cosas internas salieron en la pandemia dado a la soledad? ¿Qué averiguaste de ti, que no sabias?
Yo soy una enamorada de los viajes, los paseos, el mar, las montañas, todo paisaje que me conecte directamente con la naturaleza y con la creación divina, sinceramente disfruto el tiempo de reflexionar y contar mis bendiciones. Y entendí ese año, que sobraban las bendiciones!
Hoy que estamos algo más relajados, le hago una invitación, tómese el tiempo y planee un viaje por la carretera de su vida, haga un viaje a través de su cuerpo, mente, corazón. Navegue en este tiempo de dificultad, Quizás encuentre baches, olas altas y hasta el mar revuelto, pero sobre todo se dará cuenta que durante este año a pesar de los altos y bajos, el viaje fue suave y llevadero que lo ayudó a vivir y sobrevivir una etapa, llena de preguntas e incertidumbres donde usted con valentía, fue el único pasajero. “Viaja no para escapar de la vida, sino para que la vida no se te escape.”
“Un mar tranquilo nunca hizo un buen marinero.”
Maritza Beltrán Gaña