Josefina Gelpi del grupo Arcoiris de Emma, formado por mujeres hispanas sobrevivientes de cáncer, agradece al Señor haber superado el cáncer y ahora el Covid-19
Ser sobreviviente de cáncer del seno y enfrentarse a la pandemia del coronavirus crea mucha ansiedad en las pacientes que han superado primero el cáncer y ahora tienen que extremar precauciones para conservar su salud ya que su sistema inmunológico está comprometido.
Sin embargo, pese a los cuidados el coronavirus sorprendió a Josefina Gelpi una puertorriqueña que vive en Kissimmee y que es sobreviviente de cáncer de seno desde hace 10 años. En junio de este año la enfermedad del Covid-19 la atacó. “Yo estoy viva por la misericordia de Dios. El Señor me curó del cáncer y ahora del Covid-19”, dijo a La Prensa.
Gelpi solía reunirse cada tercer sábado del mes en un salón del hospital AdventHealth en Kissimmee, con el grupo el Arcoiris de Emma formado por mujeres sobrevivientes de cáncer de seno, hispanas y provenientes de varios países latinoamericanos y del Caribe. Allí compartían sus tristezas, temores y se fortalecían para poder seguir adelante su día a día.
Pero desde principio de este año dejaron de reunirse ante la crisis de salud causada por la pandemia del Covid-19 y más para este grupo que tiene alto riesgo de morir si adquieren la enfermedad.
“Nos hemos estado apoyando por medio de llamadas telefónicas, mensajes por los medios sociales y estamos planeando hacer una charla para pasarla en vivo”, dijo Gelpi quien pasó 26 días entubada. Su hermano primero se enfermó y como ella era la encargada de llevarlo al médico también se contagió. Ella su hija y otros miembros de la familia salieron positivos. Solo su hijo y su esposo no se contagiaron. A los tres días del diagnóstico empezó a sentirse mal y la ingresaron en el hospital un día antes del Día de los Padres. Estuvo casi un mes en coma inducido.
“Cuando desperté yo lloraba porque no veía a mi familia, ni a mi esposo o a mis hijos y cuando salí de intensivo fue peor. No podía comer por la lesión del tubo que me pusieron. No podía ir al baño. Todo lo tenía que hacer en la cama. No podía escribir, ni usar el teléfono. Tenía mucha confusión. Lo único que recuerdo es que mis manos me temblaban, mis músculos estaban débiles no podía caminar, yo sentía que mi cerebro se movía. Además, adquirí una infección en la cara porque en el hospital no la limpiaron bien. Fue muy feo”, recordó Gelpi quien ahora se tiene que cuidar más porque según el doctor se puede contagiar otra vez y aunque tiene anticuerpos, estos no le van a durar mucho.
Como sobreviviente de cáncer de mama, con diabetes y asma Gelpi se complicó bastante al grado de que los doctores la desahuciaron dijeron que ya no podían hacer nada por ella, pero en ese momento ella empezó a mover sus piernas y manos. “Yo estoy viva por la misericordia de Dios”, comentó.
Mientras Maritza Pratt quien también pertenece al Arcoiris de de Emma no sufrió de coronavirus, pero le dio infarto y derrame cerebral. Ha estado en terapia y se está recuperando en su casa. Incluso tiene el ánimo para hacer reuniones virtuales y seguir apoyándose mutuamente con sus compañeras sobrevivientes.
Gelpi fue diagnosticada con cáncer hacer 10 años y en ese momento estaba sola, pero fue acompañada de su hermana que empezó el proceso desde ese momento aprendió a confiar en Dios “ciegamente”, dijo la puertorriqueña quien vive en Kissimmee.
Ella y Pratt invitaron a todas las interesadas en entrar al zoom de El Arcoiris de Emma para participar en los videos y charlas. “La gente necesita apoyo emocional porque a muchas les ha vuelto el cáncer por la ansiedad de la pandemia, cuando te pones ansiosa el sistema inmunológico te baja y todas las enfermedades y virus atacan”, finalizó Gelpi.