Los expertos señalan que el 2022 no pronostica nada bueno después de terminar el 2021 con una inflación que no se había visto en décadas.
Se ve muy real que la inflación en Estados Unidos y sus críticas cifras que azotaron el 2021 sigan siendo parte del país hasta ya entrado el nuevo año.
Los datos más actualizados con respecto a la economía y siendo más precisos, los de las dos medidas de inflación más observadas, que son el índice de precios al consumo y el índice de gastos al consumo personal, subieron a su máximo no visto en años.
Y con el índice de gastos al consumo personal es al que, la Reserva Federal, pone mayor atención al momento de considerar la inflación del país.
Pequeñas buenas noticias.
Aunque aún se conserva el optimismo, pues el Banco Central, que busca mantener los precios estables, reducirá su estímulo pandémico y se buscará que los tipos de intereses suban este año para que con eso se controle la inflación.
Junto con los importantes datos que se recopilaron de los meses anteriores, se vio un aumento en los precios de forma más lenta en noviembre que en octubre, aunque esto en gran medida es afortunado se es muy consciente de lo escasa que fue esta, con sólo 0.1 puntos porcentuales.
Aunque la pequeña pero real desaceleración exista no será suficiente, pues los economistas buscan analizar los precios en un periodo de tiempo más amplio, comúnmente de 12 meses.
En cuyo caso la desaceleración de noviembre no representa un cambio de escenario considerable para los expertos.
Tras un año de precios elevados por el exceso de demanda y el complejo desastre de la cadena de suministros, los datos anuales abarcan cifras de gran importancia, aunque incluso si la repentinamente, tomará tiempo que se refleje en los índices principales.
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Entonces, la inflación continúa
Existe una variedad de factores que ayudan o causan que los precios del mercado se mantengan elevados.
Por ejemplo dentro de la cadena de suministros, pues mientras sea más caro y tome más tiempo poder mover las mercancías por todo el mundo, es probable que el aumento de los costes de transporte se pase ahora a los consumidores.
Otro muy importante es el aumento de los costes de alquileres, lo que es preocupante, ya que la vivienda representa un amplio porcentaje de lo que la gente gasta en dinero, lo que económicamente afecta, pues, si el alquiler abarca una gran parte del presupuesto los consumidores no gastaran en otras cosa y la recuperación se verá afectada.
Según los economistas de Bank of America, los alquileres subieron un 0,4% por tercer mes consecutivo, lo que dirigirá a una inflación mayor y más persistente en el futuro.
“La reciente ampliación de la presión inflacionista ha coincidido con un notable repunte de la inflación de los alquileres que saltó a su mayor tasa mensual en 20 años en el informe del IPC de septiembre y se ha mantenido firme desde entonces”.
Confirmó Peter B. McCrory, economista de JPMorgan.
Otro de los factores que muestran una gran importancia es el valor de los productos básicos, provocando una alza en los costos de energía y alimentos, ambos sectores se han disparado este año y han añadido una buena parte a la inflación que ya vista.
Enfocados en el caso de los alimentos, los altos precios han obligado a algunos consumidores a comprar menos o a cambiar de tienda.
La realidad es que los expertos en economía no prevén que los que esto mejore este año, pues aparte de desmesurada demanda, los precios de transporte y fertilizantes junto con el mal clima podría mantener los costes de alientos a la alza aún cuando otras presiones inflacionistas alimentadas por la pandemia disminuyan.