Algunos héroes no tienen capa, y a estos los llamamos papá, este día del padre tuvimos la oportunidad de entrevistar a Francisco Rodriguez. Un administrador con maestría en Criminal Justice, que pasa sus tiempos libres siendo maestro de Karate.
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Paternidad de Francisco Rodriguez
¿La paternidad siempre estuvo en tus planes, lo hablaste con tu pareja o lo dieron por hecho?
Siempre lo contemplamos como pareja, el primero de junio de 1989 tuvimos a uno de nuestras primeras dichas. Llego nuestro primer hijo, de ahí tiempo después nacieron nuestras dos hijas. Que bendición festejar el día del padre.
¿Cómo cambiaron tus prioridades cuando te enteraste de que ibas a ser papá?
Mis prioridades cambiaron desde el primer momento, ya que tus hobbies o actividades pasan a segundo plano, el primero siempre lo ocupan tus hijos.
Ellos empiezan a ocupar los espacios en todo sentido, comienza tu momento de compartir cada rincón, cada salida y forma de vida.
Inicia una etapa de crecimiento como adulto, es cuando ya creces para ser un buen padre.
Y cuando los chicos comenzaron a crecer y algunas actitudes comenzaron a surgir, ¿Hicieron algún acuerdo sobre las acciones que debían tomar, quién decidió?
Bueno, cuando empezaron las actitudes y mostrarse malcriados, solo nos dedicamos a usar las tácticas de nuestras madres.
A veces patrones para sobresalir del percance, siempre tratando de hacerles entender que su comportamiento no les dejaría nada bueno y algunos no son negociables.
Así se vive el Día del Padre con hijos adultos
La despedida de los hijos ¿Qué pasó en tu corazón y cabeza cuando llegó el momento de dejar a los hijos partir de casa?
Es un momento muy difícil, sientes que te arrancan un pedazo de tu cuerpo, siempre he dicho ‘’mi familia son mi mujer y mis hijos, tengo dos brazos y dos piernas’’.
Entonces fue como si me quitaran un brazo o una pierna, a veces pienso que es un sentimiento un poco egoísta de mi parte, pero es como lo siento.
Es parte de la vida y lo importante es saber que inculcaste valores, ahora ellos representan otra parte de crecimiento tanto ellos como nosotros.
Cuando enfermaste de COVID debiste pensar muchas cosas y sentir mil más sobre lo que pasaría en un futuro, ¿en algún momento pensaste que no tendrían la madurez suficiente para asumir las riendas de tu tratamiento?, ¿cómo manejaron tu enfermedad?
En cuanto a mi enfermedad, Dios me dio una segunda oportunidad de vida y por eso estoy súper agradecido. Le agradezco a Dios, a mi esposa y a mi familia, porque sin ellos no lo hubiera logrado.
Cuando estás en el hospital y el doctor entra al cuarto, te mira y no te dice nada, es cuando te entra la duda de si dejarás este mundo. Le preguntas si te vas a morir y él solo te dice que está haciendo todo lo posible, es cuando sientes como se forma un nudo en tu garganta.
En ese momento fue que le pedí a Dios que si me iba a llevar, lo hiciera de una vez y que no dejara que mi familia sufra.
Educando a los hijos, entrevista por el día del padre
¿La educación que le das a tus hijos es tal cual la recibiste tú?, ¿qué aprendiste en tu casa que no heredaste a tus hijos por elección?
Es muy cómico, hace unos tres o cuatro días estaba hablando con mi hija más pequeña, la que ahora tiene 25 años.
Estábamos hablando de que si yo la hubiese tenido que criar en estos tiempos no creo que la hubiera podido criar de la misma manera que la crie hace 25 años, realmente no. Son épocas diferentes y sistemas diferentes, lo que sí prevalece son los valores como familia y de eso nos encargamos que recibieran el modelo.
Pregunta difícil: ¿estás satisfecho con la educación que le has brindado a tus hijos?
Mira, eso no lo puedo decir yo, sino los hechos, mis tres hijos están casados, son profesionales, hombres y mujeres de bien.
Son trabajadores por excelencia y siempre dando lo mejor de cada uno, creo que las satisfacciones de ser buen padre, consejero y guía las asumí desde el primer día en que los tuve entre mis brazos
¿Qué consejos le das a Padres que están comenzando criar a sus hijos?
Les aconsejo que pasen el mayor tiempo con sus hijos, no importa cuan breve sea.
Ellos crecen y el tiempo no se puede echar hacia atrás, luego nos arrepentimos de no haber hecho más o compartir más con ellos. Ámenlos todas sus fuerzas, esos son los tesoros más grandes que Dios nos entrega para hacer de ellos lo mejor.