NUEVA YORK — El productor musical y empresario Sean Combs fue declarado culpable de violar la Ley Mann, una legislación federal que prohíbe el transporte de personas entre estados para participar en actos sexuales ilegales. La condena marca un nuevo giro en los múltiples señalamientos que han perseguido al artista en los últimos años.
Según la fiscalía federal, Combs organizó vuelos en los que trasladó a diversas personas por todo el país —incluidas sus parejas sentimentales y trabajadores sexuales masculinos remunerados— para mantener encuentros sexuales, una acción que, bajo ciertos contextos, constituye un delito federal.
La Ley Mann, promulgada en 1910, fue creada inicialmente para impedir el transporte de mujeres y niñas con fines de prostitución o “propósitos inmorales”. Sin embargo, en 1986 fue modificada para ser neutral en cuanto al género, y su redacción actual prohíbe el transporte de cualquier persona con el propósito de realizar “una actividad sexual por la cual pueda ser acusado un delito penal”.
La fiscalía no ofreció detalles extensos sobre el veredicto, pero sí emitió una declaración contundente a través del fiscal federal Jay Clayton y Ricky Patel, jefe de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional en Nueva York.
“Los delitos sexuales dejan cicatrices profundas en las víctimas, y la realidad inquietante es que están demasiado presentes en muchos aspectos de nuestra sociedad. Las víctimas sufren abusos físicos y mentales devastadores, lo que genera un trauma duradero. Los neoyorquinos y todos los estadounidenses quieren que se detenga esta lacra y que los responsables rindan cuentas”, afirmaron los funcionarios federales.
En su declaración, Clayton y Patel destacaron que investigar y procesar estos delitos requiere que las víctimas se enfrenten a un proceso doloroso y valiente. “Reconocemos las dificultades que enfrentan las víctimas y hemos priorizado un enfoque centrado en ellas para investigar y procesar estos casos”, agregaron, al tiempo que agradecieron a las agencias de aplicación de la ley por su colaboración en el caso.
La condena contra Combs representa uno de los casos más mediáticos bajo la actual aplicación de la Ley Mann y abre un nuevo capítulo en el debate sobre el abuso de poder, la trata de personas y los vacíos legales que aún persisten en torno a la industria del entretenimiento.