La Corte Suprema despejó este viernes el camino para que la administración de Donald Trump elimine, por ahora, las protecciones legales temporales o Parole Humanitario de cientos de miles de inmigrantes, lo que eleva a casi un millón el número de personas que podrían quedar expuestas a la deportación.
Los jueces levantaron una orden de un tribunal inferior que mantenía vigentes las protecciones humanitarias conocidas como “parole” para más de 500,000 migrantes provenientes de cuatro países: Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
Esta decisión se produce poco después de que el alto tribunal también permitiera al gobierno revocar el estatus legal temporal de aproximadamente 350,000 migrantes venezolanos en otro caso.
Como suele ocurrir en su expediente de emergencia, la Corte no explicó su razonamiento en la breve orden. Dos magistrados expresaron públicamente su desacuerdo.
“Hoy, el pueblo estadounidense logró una victoria legal para terminar con la libertad condicional de más de 530,000 inmigrantes ilegales de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela (CHNV) que fueron liberados en el país por la Administración Biden. Esta orden llega después de que un juez activista dictaminó que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no podía terminar directamente el programa CHNV”, dijo el Departamento de Seguridad Nacional.
En respuesta a la decisión de la Corte Suprema que permite a la Administración Trump revocar el estatus legal temporal de medio millón de migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, la Vicepresidenta de Partido Demócrata de Florida, Maria Revelles, ha emitido la siguiente declaración:
“Estoy desconsolada y indignada por una decisión que amenaza las vidas de más de 500,000 de nuestros hermanos inmigrantes legales, muchos de los cuales llaman hogar a Florida. Esto no es solo una decisión judicial, es un fracaso moral. Estados Unidos fue construido por inmigrantes. La fuerza de Florida proviene de la resiliencia, la cultura y el trabajo de comunidades que han huido de la violencia, el desastre y la opresión en busca de seguridad y esperanza.
“Deportar a nuestros vecinos haitianos, venezolanos, cubanos y nicaragüenses – madres, estudiantes y trabajadores que estaban aquí legalmente buscando una vida mejor – no solo es inhumano, es una traición a nuestros valores”, señaló Revelles.