La semana pasada, dos acontecimientos marcaron la agenda política en Florida y evidenciaron la influencia del presidente Donald Trump en el estado: su espectacular entrada en el Daytona 500 y la designación de Larry Keefe como líder de la nueva junta de control migratorio.
Ambos sucesos, aunque aparentemente distintos, refuerzan el mismo mensaje: la identidad conservadora de Florida sigue alineada con las políticas de Trump, tanto en la cultura popular como en la legislación estatal.
Un show en Daytona con mensaje político
El pasado domingo, Trump hizo historia al convertirse en el primer presidente en asistir a múltiples ediciones del Daytona 500, la “Gran Carrera Americana”, la icónica competencia de NASCAR que simboliza el espíritu estadounidense.
Su llegada a bordo del Air Force One, con un sobrevuelo al autódromo Daytona International Speedway, hizo vibrar al público, y su recorrido por la pista en “La Bestia” fueron recibidos con ovaciones y banderas en su apoyo. En su mensaje oficial, destacó la importancia del evento como un reflejo del espíritu inquebrantable de Estados Unidos.
En un mensaje oficial, Trump destacó la importancia del evento como un punto de encuentro para los estadounidenses:
“Desde el rugido de los motores en la pista hasta el eco del ‘Star-Spangled Banner’ en las gradas, el Daytona 500 es un tributo eterno a la velocidad, la fuerza y el espíritu inquebrantable que hacen grande a Estados Unidos. Ese espíritu es el que impulsará la Edad Dorada de América, y si lo aprovechamos, el futuro es verdaderamente nuestro”, expresó. El presidente, quien mantiene una fuerte base de seguidores dentro de la comunidad de NASCAR, fue recibido con numerosas banderas y cánticos a su favor.
Su aparición generó opiniones divididas. Mientras el periodista Carlos Turnbull criticó el costo del combustible utilizado por el Air Force One en su espectáculo aéreo, asegurando que sería pagado con los fondos de la seguridad social de los jubilados, George Debuzz lo elogió: “Tenemos al presidente más genial de la historia. Le pidió a los pilotos del Air Force One que volaran sobre el Daytona 500 porque sabía que sería épico”.
Más allá del espectáculo, su presencia en el Daytona 500 también tuvo una lectura política. NASCAR ha sido históricamente un espacio donde Trump ha encontrado apoyo, especialmente entre votantes conservadores y trabajadores del sector automovilístico estadounidense y el respaldo a marcas nacionales como Ford y Chevrolet. Su participación en el evento refuerza su conexión con esta base electoral.
Refuerzo migratorio, una estrategia inspirada en las políticas de Trump
Mientras Trump acaparaba la atención en Daytona, en el ámbito político se concretaba una medida clave para la agenda migratoria de Florida. Larry Keefe, exasesor de seguridad pública de Ron DeSantis y figura central en la polémica reubicación de migrantes a Martha’s Vineyard en 2022, fue nombrado líder de la nueva junta de control migratorio del estado.
Esta junta, que contará con un presupuesto de $250 millones, busca endurecer la aplicación de las leyes migratorias y se alinea con la visión que Trump ha impulsado desde su mandato. La designación de Keefe y el énfasis en políticas de inmigración más estrictas refuerzan la postura de Florida como un bastión de las ideas trumpistas, que han sido adoptadas y ampliadas por el gobernador DeSantis.
La creación de esta nueva junta de control migratorio fue resultado de una sesión legislativa especial convocada por el gobernador DeSantis el mes pasado. Esta iniciativa busca implementar en Florida políticas inspiradas en las del expresidente Donald Trump, endureciendo la respuesta estatal ante la inmigración irregular. Durante la primera reunión de emergencia del grupo, el fiscal general de Florida, James Uthmeier, nominó a Keefe como director ejecutivo de la junta.
“Por varios años trabajé junto a Larry cuando era el zar de seguridad pública del estado. Lideró esfuerzos de interdicción y ayudó a coordinar acciones ejecutivas para recopilar datos sobre los efectos económicos y sociales de la inmigración ilegal en Florida”, destacó Uthmeier.
El gobernador DeSantis, por su parte, elogió el papel de Keefe en la coordinación de los vuelos de reubicación de migrantes. “Su trabajo en el vuelo a Martha’s Vineyard cambió por completo el debate migratorio. Antes se consideraba un problema exclusivo de los estados fronterizos, pero cuando 50 migrantes llegaron a Martha’s Vineyard, se declaró emergencia y hasta se llamó a la Guardia Nacional”, señaló el gobernador.
El traslado de migrantes a zonas fuera de la frontera ha sido una estrategia promovida por líderes republicanos para presionar a las administraciones demócratas a abordar la crisis migratoria de manera más equitativa. Según DeSantis, las reacciones a estos vuelos evidenciaron una doble moral por parte de ciudades que se autodenominan “santuarios”, como Nueva York, Chicago y Los Ángeles.
En declaraciones en redes sociales, DeSantis reafirmó su apoyo a Keefe, asegurando que es “un gran servidor público” y que hará un “trabajo fantástico” al frente de la nueva junta de control migratorio.
El programa de reubicación de inmigrantes del gobernador de la Florida citaba que la División de Servicios de Emergencia de Florida entregó un contrato para su Programa de Transporte de Inmigrantes a Access Restoration Services Global Emergency Management. Se le ha asignado al menos $20 millones para llevar a cabo este programa. Ahora se contará con un presupuesto de $250 millones.