Estados Unidos registró en abril un aumento histórico en sus ingresos por concepto de aranceles, alcanzando los $15.4 mil millones, una cifra sin precedentes que representa un incremento del 60% respecto al mes anterior. Según datos del Departamento del Tesoro, este récord mensual coincide con la entrada en vigor de nuevas medidas arancelarias impulsadas por el presidente Donald Trump, entre ellas un renovado arancel del 25% al acero y un arancel universal del 10% anunciado el pasado 2 de abril.
El repunte en la recaudación refleja principalmente los efectos del impuesto al acero, mientras que el impacto total de los nuevos aranceles del 10% se espera que se vea reflejado con mayor claridad en los datos de mayo. Estas medidas forman parte de la estrategia económica “America First” de Trump, que busca proteger a los fabricantes estadounidenses de las importaciones baratas y aumentar los ingresos federales.
Trump ha defendido de manera consistente el uso de los aranceles como pilar de su política económica, argumentando incluso que los ingresos derivados podrían llegar a sustituir el impuesto sobre la renta. En declaraciones a Fox News, recordó que, históricamente, los aranceles fueron la principal fuente de ingresos del gobierno entre 1870 y 1913, durante un período en el que Estados Unidos era una de las naciones más prósperas del mundo.
“Existe la posibilidad de que el dinero proveniente de los aranceles sea tan grande que podría reemplazar el impuesto sobre la renta”, señaló Trump. “En aquellos tiempos, los aranceles eran la única forma de financiamiento, y nuestra nación era relativamente la más rica.”
Sin embargo, a pesar del récord recaudado en abril, los $15 mil millones representan una fracción mínima frente a la deuda nacional de más de $36 billones. En la primera mitad del actual año fiscal, el déficit federal ya ha alcanzado $1.31 billones, lo que plantea serias dudas sobre la capacidad de los aranceles para resolver los profundos desafíos fiscales del país.
Economistas y legisladores en Washington se muestran escépticos ante la efectividad de los aranceles como estrategia económica a largo plazo. Algunos advierten sobre posibles consecuencias negativas como el aumento de precios al consumidor y tensiones comerciales internacionales. Mark Zandi, economista jefe de Moody’s, expresó su escepticismo señalando que alcanzar entre $100 mil millones y $200 mil millones anuales en ingresos por aranceles requeriría “mucha suerte”.
Mientras tanto, la administración Trump mantiene su apuesta por los aranceles como herramienta central para fortalecer la economía estadounidense, pese a los riesgos de provocar nuevos frentes de conflicto comercial en el escenario global.