El puertorriqueño José Armando González lleva casi cuatro tratando de echar hacia adelante su restaurante “Rusty Truck, la Camioneta Mohosa”. Ha conservado el nombre en inglés para darle la bienvenida a los clientes angloparlantes a los hispanos y también para complacer a los funcionarios de la ciudad de Clermont, quienes según dice, lo han discriminado.
“He sentido discriminación por mudarme para acá, por ser hispano, por tener un restaurante en la Ciudad de Clermont. Hace tres años compré este restaurante que era un Denny’s y enfrente le puse una bandera de Puerto Rico y se quejaron, entonces puse una americana y una latina para que no se molestaran”, dijo el empresario.
Clermont es una ciudad en el condado de Lake en el centro de Florida, a unas 22 millas al oeste de Orlando y 22 millas al sureste de Leesburg. La ciudad es de carácter residencial y su economía se centra en el comercio minorista, el alojamiento y los restaurantes y bares orientados al turismo.
Dice que los funcionarios de Clermont han sido injustos ya que no le dejan poner música latina en el sitio. Mientras otros negocios de dueños que no son hispanos sí pueden tener guitarristas, cantantes y DJS.
“Cuando yo traje música de salsa, vinieron todos los departamentos de la ciudad de Clermont porque tenía un evento de música latina. Luego me dieron $48,000 en multas por tener un bote afuera, mientras a mi vecino que también tiene un bote sin tablilla, desmantelado, ni un solo ‘ticket’ le dieron”, recordó.
Dijo que su restaurante tenía bastante clientela que iba muy bien, pero que tantos requerimientos de permisos mataron su negocio. “Yo cerré mi restaurante porque todos los días tenía a alguien de la ciudad para que no pusiera música, también tuve que ir a una audiencia con la Comisión de la ciudad de Clermont para que permitieran retener una silla grande con la bandera de Puerto Rico y dijeron que la quitara. También querían que quitara la ‘camioneta mohosa’, pero ese si la dejaron porque es un atractivo”, aseguró González.
Aseguró que ha tenido sin número de objeciones como: no puede tener un banner, muñeco, o personas con anuncios para atraer clientes al negocio porque lo multan. Además, le pidieron que cambiara el uso de suelo del restaurante a un centro nocturno, que dice que bajo los códigos del estado de la Florida no es necesario porque su negocio es un restaurante que tiene los permisos de estado para funcionar como tal.
“Investigué con otros restaurantes y encontré que a ellos no le pedían los cambios que me pedían a mí. También he visto que mi negocio nunca ha recibido promoción en la página oficial de Facebook de la ciudad de Clermont como lo hacen con todos los negocios nuevos. Soy un ciudadano, pago impuestos, pago mucho dinero para estar aquí y aun así no he podido operar con normalidad”, aseguró el empresario.
José contratista del Buen Samaritano Developer dice que ha llevado todos los documentos que le piden para la construcción de unos proyectos en Clermont, pero lleva más de un año tratando de obtener los permisos sin que logre seguir adelante con su desarrollo inmobiliario.
“Los americanos cuando van allí van y salen contentos aprobados con sus proyectos. Yo vi eso y me pregunté si hay que tener palas para tener esos permisos. Yo creo que es personal porque les llevó todo y no me dan los permisos”, comentó a La Prensa el constructo.
Amy Camacho, tenía un restaurante en Clermont y los cerró porque se cansó del acoso de la cuidad. “Si tengo que decir que los funcionarios de la ciudad de Clermont discriminan contra hispanos. Te digo que sí. Bloquean todas las oportunidades para permitir que los dueños de negocios progresen. Y también discriminan especialmente a los neoyorquinos…”, afirmó la empresaria.
Comisionados de Clermont ordenan quitar silla con bandera de Puerto Rico
Por su parte González tiene más de 30 años de experiencia en la industria de restaurantes. Se mudó de Nueva York para invertir en la ciudad de Clermont donde compró una casa. Primero compró un restaurante en el centro de esa ciudad, pero dice que también le hicieron la “vida imposible” y se fue de allí. Luego trato de hacer un festival hispano y no lo permitieron. Compró el restaurante Rusty Truck y desde entonces no ha podido operar normalmente porque siempre lo están “acosando” con permisos y multas.
Hace poco el dueño del restaurante pidió una reunión con Brian Bulthuis, gerente de la ciudad de Clermont quien lo citó el 13 de julio, pero no llegó a la cita. En su lugar se presentaron Scott Davidoff, asistente del gerente de la ciudad y el comisionado puertorriqueño Michael González. A esa reunión asistió La Prensa para preguntar sobre la presunta discriminación que el empresario y otros ciudadanos han sentido.
Primero dijeron que este medio de comunicación no podía estar allí. Luego se les pidió el contacto de la persona encargado de las relaciones públicas de esa ciudad para pedir una entrevista con el alcalde Tim Murry, que es afroamericano. Hasta el cierre de esta edición no teníamos respuesta.
El comisionado Michael alcanzó a decir que en esa ciudad no hay discriminación. De última hora el empresario González comunicó que Latino Justice va a comenzar una investigación por presunta discriminación de la ciudad de Clermont contra el dueño de la “Camioneta Mohosa”.
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