En una sesión maratónica de más de cinco horas, la Comisión de la Ciudad de Kissimmee aprobó una nueva ordenanza que requerirá a los bares y restaurantes del centro tramitar un permiso especial para vender alcohol entre las 12:00 a.m. y las 2:00 a.m. La medida, que se implementará en la zona de reurbanización del centro, ha generado opiniones divididas y reavivó viejas tensiones políticas.
Fue un momento para dejar las cosas claras. Así lo expresó la alcaldesa Jackie Espinosa, quien subrayó que la intención de la ciudad de Kissimmee no es cerrar negocios. De acuerdo con la alcaldesa, esta ordenanza fue una asignatura pendiente con la que la comisión anterior no quiso lidiar.
Durante la reunión, Espinosa también insistió en que esta ordenanza no busca perjudicar a los empresarios, como algunos rumores habían sugerido, sino atender con responsabilidad las necesidades de seguridad y orden en el centro. “Esto no es un plan oculto ni una agenda para perjudicar a nadie. Es una propuesta clara para mejorar la seguridad y el cumplimiento”, aseguró.
El nuevo permiso y lo que implica
La nueva ordenanza establece que todo negocio que desee servir alcohol entre la medianoche y las 2:00 a.m. deberá obtener un permiso de alcohol fuera de horario, con un costo inicial estimado de $250 anuales. No se exigirá contratar seguridad adicional ni implementar otras medidas extra, según explicó el administrador municipal durante la sesión.
La iniciativa surgió en respuesta a quejas persistentes por ruido y al uso “desproporcionado” de recursos municipales durante la madrugada para controlar multitudes y atender incidentes de violencia, según se lee en el documento oficial.
“¿Es justo para los contribuyentes?”, preguntó Espinosa. “¿Debemos pagar por seguridad extra para negocios que no manejan adecuadamente sus operaciones? No creo que sea una evaluación justa para el público”.
“Kissimmee está abierta para los negocios, pero con reglas claras”, aseguró.
La alcaldesa Espinosa, quien también es dueña de un restaurante en el centro, defendió la ordenanza y reiteró que no se trata de cerrar negocios, sino de asegurar que quienes operan lo hagan de manera responsable. “Lo que no nos gusta son los negocios que no saben seguir reglas”, subrayó.
Agregó que la medida busca proteger tanto a clientes como a empresarios, y que la narrativa de que se intenta apagar la vida nocturna del centro es falsa. “Kissimmee está abierta para los negocios… para negocios prudentes y exitosos”, enfatizó.