Miles de personas se congregaron el sábado en el centro de Orlando como parte de un día nacional de desafío contra el expresidente Donald Trump. La protesta, denominada “No Kings” (Sin Reyes), se extendió durante varias horas en la Plaza del Ayuntamiento y se desbordó hacia las calles, provocando el cierre temporal de la avenida Orange.
“Estoy aquí por mi madre que llegó son documentos para darnos una vida mejor. Y aunque soy guatemalteca estamos aquí por mexicanos, venezolanos, hondureños por todos ellos”, expresó Yadira Martínez quien viajo una hora para llegar a la protesta en Orlando.
Aunque los manifestantes abordaron múltiples temas, uno de los más destacados fue la inmigración.
“La represión contra los inmigrantes y la pérdida del debido proceso son extremadamente graves”, comentó Jefferson Crutchfield. “Sin debido proceso, tenemos un gobierno autoritario, y eso simplemente no es la forma en que debería funcionar Estados Unidos”.
La representante estatal demócrata Anna Eskamani también asistió al evento y se mostró alentada por la participación masiva. “Les importa la educación pública, la diversidad, el financiamiento de programas como Medicaid y los cupones de alimentos. Es realmente inspirador ver a esta multitud increíble”, afirmó.
Durante el evento, que coincidió con protestas similares en todo el país e incluso en el extranjero, también se registraron algunas interrupciones en el transporte público local. El sistema LYNX emitió una alerta sobre la interrupción de sus líneas LYMMO Orange y Grapefruit debido al cierre vial. “Pedimos disculpas por cualquier inconveniente y agradecemos su comprensión”, señaló el comunicado.
Aunque unos pocos simpatizantes de Trump se hicieron presentes y discutieron con manifestantes, la protesta se mantuvo pacífica.
Según el sitio web oficial de “No Kings”, cerca de 2,000 protestas fueron convocadas a nivel mundial con el objetivo de desviar la atención de un desfile militar programado esa misma noche en Washington D.C., en honor al 250º aniversario del Ejército estadounidense, que coincidió también con el cumpleaños número 79 del expresidente Trump.
