La administración Trump anunció que no utilizará los fondos de contingencia para respaldar los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) durante el mes de noviembre, una decisión que podría afectar a millones de familias en todo Estados Unidos.
Según un memorando del Departamento de Agricultura (USDA), la ayuda alimentaria federal no será distribuida debido al prolongado cierre del gobierno, que ya lleva casi un mes. En una publicación en el sitio web del USDA se afirmó que “el pozo se ha secado”, responsabilizando a los senadores demócratas por exigir concesiones en materia de salud, que la agencia describió de manera engañosa como “atención médica para inmigrantes ilegales y procedimientos de mutilación de género”.
Los legisladores demócratas han solicitado a la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, que autorice el uso de los fondos de contingencia para cubrir la mayoría de los beneficios del próximo mes. Sin embargo, el propio USDA aclaró que “los fondos de contingencia no están legalmente disponibles para cubrir beneficios regulares”, ya que estos están reservados para zonas de desastre con el fin de garantizar una respuesta rápida ante emergencias.
Expertos en políticas públicas señalan que la decisión podría violar las disposiciones legales. El Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas (CBPP) afirmó que el gobierno “está legalmente obligado a utilizar las reservas de contingencia —miles de millones de dólares aprobados por el Congreso para cubrir deficiencias en el financiamiento del SNAP— para garantizar los beneficios de noviembre a uno de cada ocho estadounidenses que dependen del programa para comprar alimentos”.
La administración sí ha utilizado esta autoridad para destinar fondos adicionales al Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Infantes y Niños (WIC), lo que ha generado críticas por la inconsistencia en las decisiones.
La posibilidad de que millones de familias no reciban asistencia alimentaria ha encendido las alarmas tanto en estados gobernados por demócratas como por republicanos. Algunos gobiernos estatales han prometido mantener los beneficios del SNAP con fondos propios en caso de que se detengan los pagos federales, aunque no está claro si las regulaciones federales permitirán el reembolso de esos recursos.
El estancamiento político en Washington amenaza con dejar a millones de personas sin acceso a alimentos básicos, profundizando la crisis social derivada del cierre del gobierno federal.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) publicó un aviso en su sitio web informando que la ayuda alimentaria federal no será distribuida el 1 de noviembre, lo que aumenta la preocupación de millones de familias en todo el país mientras el cierre del gobierno federal continúa.
