Tras una emergencia médica inesperada, Ana María enfrenta la lucha más dura de su vida. Hoy, necesita del apoyo de nuestra comunidad para salir adelante.
Lo que comenzó como una simple cena en familia, terminó marcando un antes y un después en la vida de Ana María Villegas. A inicios de febrero, al sentirse repentinamente mal, decidió medir su azúcar en sangre. El resultado fue alarmante. Preocupada por su salud, acudió al hospital… sin imaginar que pasaría allí los siguientes dos meses.
El diagnóstico fue devastador: neumonía, complicaciones en órganos vitales y, finalmente, psoriasis hepática. Ana María fue ingresada de inmediato y hoy espera un trasplante de hígado mientras continúa un proceso de recuperación física que apenas comienza. Durante su hospitalización, perdió movilidad en sus piernas, y ha tenido que reaprender tareas básicas como caminar, cepillarse los dientes o simplemente levantarse de la cama.
Aunque su cuerpo ha estado al límite, su espíritu sigue fuerte. Y lo ha sostenido, sobre todo, el amor incondicional de su familia. Su hermana ha estado a su lado día y noche, mientras cuida también de sus propios hijos. Pero el esfuerzo emocional y físico no ha sido el único. Desde que fue hospitalizada, Ana María no ha podido volver a trabajar y sus ahorros se han agotado.
Hoy, su futuro depende también del corazón generoso de quienes quieran extenderle una mano.
Desde La Prensa, nos unimos a su causa y hacemos un llamado a nuestra comunidad, cualquier aporte, por pequeño que sea, puede hacer una gran diferencia. Para realizar una donación, visite: https://www.supportnow.org/ana-maria-villegas
Compartir esta información también ayuda. Ana María continúa este camino con fe, agradecida por cada gesto de solidaridad y esperanza.
Hoy por ella, mañana por cualquiera de nosotros. Apoyemos a Ana María. Su lucha es la de todos.