Mientras los países se suman a la tendencia global de conmemorar el Día de la Tierra y los hashtags alusivos inundan las redes sociales, el cambio climático acelera el paso.
Por: Martha Vargas
Más allá de la idea de un planeta utópico en donde todo reverdece y los recursos naturales pueden ser inagotables, el Día de la Tierra debería ser un compromiso permanente para abordar el cambio climático.
Diversas empresas han definido acciones para revertir o por lo menos frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Aerolíneas y hoteleras, atraviesan una transformación constante de normas para el turismo, apegándose al Acuerdo de París, firmado en 2015.
La descarbonización en 2050 es un reto al que se han ido sumando aerolíneas como American Airlines, Air Canada, Lufthansa y LATAM, tan solo por citar algunas.
Descarbonización de la aviación: listos para el despegue
La electricidad resulta el mejor vector para hacia la descarbonización
Estas han comenzado a invertir en biocombustibles. Una plausible pero bastante onerosa misión, pues el SAF (por sus cifras en inglés), es hasta ocho veces más caro que el queroseno.
Pero la realidad es que no solo depende de la buena voluntad de los empresarios, ni del deseo de legar un planeta mejor a futuras generaciones.
La economía es un factor decisivo, y frente a la crisis económica mundial que dejó la pandemia por Covid-19, asumir el desafío se ha vuelto cada vez más difícil.
En el caso de los combustibles sostenibles, se necesitan plantas donde este pueda generarse, mismas que han sido solventadas en gran parte por la iniciativa privada.
Los gobiernos, “carecen de recursos” cuando se trata de pujar por inversiones que ataquen los problemas medioambientales. Y demuestran bonanza en épocas electorales.
Si bien la indiferencia es generalizada, existen casos excepcionales como el de Arabia Saudita, que creó la coalición multinacional del Sustainable Tourism Global Center (STGC.
La finalidad, es verificar que se cumplan los estatutos del Acuerdo de París y desarrollar una agenda internacional hacia un camino más sustentable y sostenible.
En América Latina, Costa Rica ha puesto el ejemplo en la industria de los viajes y turismo, siendo un país que continuamente capacita a su población en temas medioambientales.
Como ejemplo, desde 2012, la ‘Ley General del Control del Tabaco’ prohíbe fumar en espacios públicos del país centroamericano.
La medida apenas hace unos meses se ha puesto sobre la mesa en países como México.
Ciertamente la densidad de población y la extensión geográfica mucho tienen qué ver, pero quizá radique en una exigencia masiva que las normativas se modifiquen cuanto antes.
Tan solo con la pandemia, en materia de tecnología la digitalización avanzó diez años. Empleadores pusieron a prueba el trabajo remoto y en la mayoría de los casos, hubo éxito.
En consecuencia, el uso del automóvil se redujo durante el confinamiento, y países como Reino Unido demostraron marcadas reducciones en dióxido de nitrógeno (NO2).
Así lo reveló el Centro Nacional de Ciencias Atmosféricas en 2021, luego de monitorear 10 de las principales ciudades en la nación británica.
Pero en 2022, el cambio climático retomó su curso. La escena positiva que durante dos años alentó al mundo, puso play para continuar con la devastación.
De acuerdo con el informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el estado climático actual del planeta, es alarmante.
Se registró un aumento medio de las temperaturas, una alta concentración de gases de efecto invernadero, así como la pérdida de masa de los glaciares.
Cooperar o perecer: jefe de la ONU declara que el infierno climático se acerca
Posiblemente el enunciado que mejor describa el panorama, es que: “los últimos ocho años han sido los más cálidos registrados desde que se iniciaron las mediciones en el siglo XIX”.
En 1850, comenzó a medirse la temperatura de la Tierra. De 2015 a 2022, fueron los años con las temperaturas más altas registradas desde mediados del siglo antepasado.
Científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), brindaron también una comparativa para dimensionar qué está pasando con los glaciares.
Conforme al último análisis del IPCC, la pérdida de hielo de los glaciares en todo el mundo superó las 6 000 gigatoneladas en el periodo comprendido entre 1993 y 2019.
La cifra en volumen de agua, es equivalente a 75 lagos Lemán, el mayor de Europa Occidental, explicaron desde la OMM.
Para la activista marina, Alexandra Cousteau –nieta del mítico Jacques Ives Cousteau- de no poner un alto a las emisiones de CO2, en 10 años habremos perdido el 60% de los océanos.
Sin embargo, asegura la también exploradora y cineasta, eso se puede no solo frenar sino también revertir.
Una importante acción que ha puesto en marcha junto con un grupo de oceanógrafos, es la implementación de una veintena de granjas de algas en varios países.
Esto, con la finalidad de estudiar si pueden capturar el CO2 del agua. Luego de 15 meses de investigación, los resultados fueron alentadores.
“La iniciativa evita la acidificación de los océanos, protege las costas, genera empleo, da comida. Tenemos muchas esperanzas”, reveló.
Mientras los ambientalistas e iniciativa privada continúen haciendo el trabajo que también corresponde a los gobiernos, combatir el cambio climático será una labor enorme.
Comunidades de Florida exigen un estado de emergencia climática
Es importante actuar como sociedad, con acciones individuales, pero también exigir que mejores normativas se cumplan en el marco de cada uno de los países en donde habitamos.
Para continuar celebrando un Día de la Tierra, necesitamos garantizar que esta continúe existiendo.